Te aseguro que he entrado en casa a toda prisa, para sentarme a postear. No es para menos. Fíjate.
Conversación en la calle entre dos amigas de treinta y pocos años:
-¡Ay, Mari, qué caló majrande!
-¡Po sí, Paquita Mari, yo también estoy asaíta, pero asaíta!
Responde la Mari:
-¡Estaré ovulando, porque cada vez que me pongo a ovular me muero de las calores! Risas, gestos y adioses.
Tenía que postearlo, es sencillamente sublime. Tan puestas, tan científicas, tan de ovular a troche y moche.
Es obvio que hoy, a pesar del sol que nos calienta, hace fresquito, el propio del invierno. Y qué cierto es que de vez en cuando, inopinadamente, nos entran esas calores tan inexplicables como inexorables y pasajeras. ¿Estaremos ovulando? Ahí te dejo con la reflexión, que no es moco… cervical, y que muestra bien a las claras cuán global es la globalización.
¡Hala, a ovular! Yo es que me parto.
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