Se acerca el final del año que nos acerca al comienzo de otro nuevo y, con él, vuelven nuestros buenos propósitos. ¿Has pensado ya los tuyos para 2010?El problema de los buenos propósitos radica en que, casi siempre, se trata de cosas que pensamos que “deberíamos" hacer, en lugar de ser algo que realmente “queremos” hacer.Año tras año aparecen las mismas cosas repetidas en nuestra lista: perder peso, ponerse en forma, pasar más tiempo con la familia, organizarse, etc.
Como le comentaba a mi colega de trabajo Tatiana, la mayor parte de nosotros no solemos acompañar nuestros propósitos de un plan de acción bien planteado. Lo hacemos para otras cosas que, en el fondo, significan mucho menos para nosotros como nuestro trabajo o nuestros compromisos, pero no para nuestros objetivos fundamentales como por ej. nuestra salud. Además, estos últimos propósitos no suelen ser lo suficientemente concretos ni medibles y no sentimos que hayamos conseguido mucho al cabo del año.Vuelven a estar en nuestra lista los mismos buenos propósitos de siempre y acabamos sintiéndonos decepcionados con nosotros mismos, como si hubiésemos fracasado y prometiéndonos que este año, será diferente.
Creo que es hora de cambiar de perspectiva. Tus propósitos, metas o plan de vida están esperando. Aquí tienes 3 pasos para ayudarte a pensar y poder comenzar con buen pie:
1. ¿Qué necesitas o qué necesitas cambiar? A veces no es tan fácil saber lo que necesitas dejar para alcanzar tus objetivos personales, y eso que muchas veces pueden ser cosas tan simples como buscar ayuda para las tareas de casa, asesorarte sobre unas pautas fundamentales para una buena nutrición, apuntarte a una piscina, hacerte un calendario de ejercicio semanal o pedir algo de soporte administrativo en el trabajo, etc.
2. Visualiza tu objetivo. Tomate un momento para pensar tranquilamente. Visualizate a tí mismo una vez que hayas conseguido ese objetivo; por ejemplo estando en forma. ¿Cómo te sientes?. Ahora, echa la vista atrás.. ¿qué cambios has tenido que realizar para conseguir llegar hasta allí?, ¿en que has invertido?, ¿en quién te has apoyado para conseguirlo?
Da otro paso más allá y visualiza otro escenario nuevo. ¿Qué te gustaría ser si pudieras conseguirlo?. ¿Qué tienes en este nuevo mundo ideal tuyo? Observa lo que hay o quién está a tu lado.
3. Estate dispuesto a dejar algo. Para conseguir nuevas estructuras que te permitan conseguir tus nuevos objetivos, es necesario abandonar otras cosas viejas. Quieres realizar un compromiso auténtico y eso implica algunas renuncias y a veces menos traumáticas de lo que te imaginas.
Yo solía ver la televisión después de acabar con las cenas y eso me quitaba al menos 1 hora cada día durante 5 días a la semana, me di cuenta de que este hábito no me aportaba nada y me robaba mucha energía, además de no ser de gran ayuda para aprobar mis exámenes. Por tanto, decidí dejarlo, obteniendo un tiempo precioso de reflexión y trabajo, y pudiendo avanzar tremendamente en mis estudios.
Otras veces debemos afrontar otros asuntos más duros como renunciar a una relación que no nos llena, hacer cambio de amigos, dejar un hábito adictivo, etc... pero si ello supone que te acerques al objetivo que te permitirá ser mejor persona,el esfuerzo merecerá la pena y lo considerarás como parte del proceso hacia tu objetivo más importante.
Da igual si estás pensando en cambiar de trabajo o en invertir dinero para mejorar tu salud. Ten el coraje de alinearte con tus objetivos, crea nuevos hábitos y apuesta por ellos.Siguiendo estos pasos, te garantizo que conseguirás tus objetivos en 2010 y tendrás una sensación única de plenitud cuando haya pasado el año.
¡Feliz Navidad y hasta pronto!
