- Mira señor.
Tu me tienes que ayudar. Tienes que hacer que gane el gordo de la Lotería completo.Y ese año, no le toca nada.
Al año siguiente, lo mismo. Y al siguiente… y al siguiente… y al siguiente.Así que a Dios se le hinchan las narices, y se le aparece al catalán con una luz muy grande y un trueno muy gordo:- Hijo mío. Yo te quiero ayudar.¡¡ Pero compra el décimo por lo menos!!