Revista Literatura
Esto ya lo he visto antes.
Ya lo he visto, no sé dónde, ya lo he visto, pero sé cuándo.
O peor, mucho peor: es la repetición aproximada del cuándo (mayo) pero también es la certeza plena de que todas esas características deshilvanadas acaban de unirse, justo, en este instante, otra vez, por una mano invisible, y ese cuándo es el principio de la cadena.
Iba a hacer trampas, se acaba el mes y no he conseguido 31 posts (pero sí pulverizar el máximo de 11) y así, tan fácil, colocar la fecha de ayer. No sería justo, en realidad, ni sería diario, porque la fecha no es de ayer ni de hoy. La certeza se ha desarrollado en un momento fronterizo entre el 30 y el 31 de mayo; para ser exactos, entre las 23:57 y las 00:02 horas. Ni antes, ni después. Aunque el después ha sido hasta las 4 de la madrugada, como poco.
Aquí falta otra palabra, aún por inventar. No es déjà vu, porque el cerebro no superpone ningún recuerdo en la corteza visual. Es todo nuevo, sin el recuerdo de, pero también es el mismo desarrollo temporal, con una diferencia importante: ahora sí es en serio.
La palabra sería déjà forward.