A veces pienso que no tengo nada que decir respecto a los abusos, porque siento que cae en saco vacío para los que no los han sufrido. Otras veces, las ganas de gritar a los cuatro vientos que existimos, que estamos aquí, que nos merecemos las oportunidades de ser felices que la vida nos brinde, se hacen irrefrenables y llenas de impotencia porque no sabes bien a ciencia cierta a quien dirigirte, como ni donde. ¡Veo, escucho todos los días tantas cosas que alabaría o criticaría que podría hacer un betseller con ellas!
Hay quien dice que los abusos son un tema tabú. No se si esta definición les hace justicia. O si simplemente es un "no miro y así no lo veo". Ya llega un momento que parece que pases de todo, que quieras olvidar sin poder, porque es algo que nos acompaña en nuestro proceso de crecimiento como personas.Aprendes a convivir con las secuelas, en la medida que puedes, intentando centrarte en ti, en cuidarte tu, no gastando energías en "los o lo" que te causo tanto dolor. Pero está claro que no es que sea misión imposible, si no simplemente que es una cuestión de supervivencia. Una guerra entre los abusos y tu misma/o. O ellos, o yo. Y en eso radica la pequeña batalla que libramos tod@s los que hemos pasado por esta experiencia.
Temporadas que lo dejas más apartado porque has conseguido un poco de paz y quieres disfrutarla.Otras temporadas en que por los motivos que sea, revives más intensamente las consecuencias. Va a rachas. Es un partido de tenis.
Pelotas fuera, pelotas dentro.Mucho dialogo contigo mismo es necesario, y ver la verdad de tu interior, aunque duela y haga daño, no esconderla. Y si sientes rencor por esas personas que te lastimaron el alma, reconocerlo y afrontarlo, es el primer paso para intentar canalizarlo. Y si ves que en algunos aspectos te has hecho fuerte, saber valorarlo tambien y aplaudirte a ti mism@ por tanto conseguido.
Hay que sobrevivir un día tras otro, luchar y también llorar cuando sea necesario, cuando lo necesitemos, cuando no podamos más y no sentirnos mal por ello. Hay días de todo y esta guerra es infinita en nuestras almas, dura, dificil de soportar. Pero el conocimiento y aceptación de uno mismo tanto para lo bueno como para lo malo, ayuda a conocer las estrategias del enemigo y así, poder luchar en igualdad de condiciones.