No hay nada que se parezca tanto a un empresario como un estudiante ¿Cómo?
Alguno tendrá la peregrina idea de que un empresario tiene la libertad para hacer ló que le venga en gana. Y es verdad: puede fabricar lo que quiera, poner el precio a su capricho y elegir el marketing que prefiera.
Lo malo es que luego el cliente también tiene la libertad de comprar lo que le dé la gana.
¿Y si el profesor fuera tú cliente? ¿Qué tendrías que hacer? ¿Acaso son todos iguales?, venga. Y si no lo son, ¿no deberías prestar atención a sus gustos? ¿Qué quiere en el examen? Escucha, ten los ojos abiertos, imita lo que hace, considera importante lo que él considere importante, tienes todas las clases para observar y tomar notas, o perder el tiempo.
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