Eteryum quinta parte: ‘La reunión’

Después de comer, se dirigieron a la sala más alta de la torre, a la sala con la cúpula de cristal. La sala estaba compuesta por dos sillas enormes de oro y joyas situadas en el extremo opuesto de la puerta y de nueve sillas más pequeñas de plata dispuestas en semicírculo alrededor de las dos primeras. Los reyes se sentaron en las sillas de oro mientras Silvana se sentaba en una pequeña silla de plata, la más pequeña, que un sirviente acababa de poner.

Poco a poco fueron entrando los representantes de cada raza, tres por cada una. Cada vez que entraba uno, un sirviente situado en la puerta pronunciaba su nombre y su cargo a modo de presentación. Los representantes de los elfos eran los hermanos Demitry y Deretry, que eran exactamente iguales, y la hermana de Shantra, Lilith, las cuales eran muy parecidas. Los representantes de los enanos era tres enanos, claro está, y eran bajitos, barbudos y greñudos, uno era moreno, otro pelirrojo y otro rubio, sus nombres se escaparon de la memoria a Silvana tan pronto como fueron pronunciados, pues le sorprendió tanto ver enanos que no prestó atención a sus nombres, pues era la primera vez y le hizo gracia su estatura. Los tres hombres que representaban a su raza eran ancianos, considerados sabios, todos menos uno, el tercero y último que entró fue el general de la guardia imperial, Ferethor, conocido por su habilidad de idear estrategias infalibles.

Ferethor era, para sorpresa de Silvana, un hombre de unos treinta años que a Silvana, a pesar de su diferencia de edad, le pareció muy atractivo. Para los elfos tener diecisiete años equivalía en edad humana a ser una niña, pues los elfos vivían incluso hasta los trescientos años sin perder la juventud, aunque para los semielfos esta cifra se reducía a unos ciento cincuenta años y envejecían un poco más que los elfos. Cuando la puerta se cerró tras el sirviente, Efestion dio por comenzada la reunión.

El rey dio la bienvenida a los representantes e hizo una pequeña introducción del tema que iban a tratar, el cual, según pudo observar Silvana, ya había sido tratado con anterioridad y no era nuevo entre los integrantes de la reunión. “Todos estamos de acuerdo en una cosa”- dijo uno de los hermanos elfos, Demitry. “¿A qué te refieres exactamente, Demitry?”- preguntó el enano rubio. “A que esta semielfa deberá enfrentarse al Señor Oscuro.” “¿Y cómo se supone que se defenderá una aldeana de los ataques de Él, eso sin hablar de la forma de llegar hasta Él”- dijo esta vez uno de los hombres ancianos. Todos se quedaron callados meditando la pregunta. ¿Cómo conseguirían todo eso? Mientras tanto Silvana estaba demasiado asombrada y asustada como para hablar.

“¿Qué esperan de mi?” pensó al borde de las lágrimas. “¿Cómo voy yo a hacer eso?” Entonces Ferethor habló: “Dentro de poco las legiones de Ákare serán mucho más numerosas que las de Andalan. No tenemos mucho tiempo. Opino que deberíamos hacer caso a la profecía puesto que no se equivocó en su primera afirmación. Por supuesto, sin descuidar nuestras defensas por si a caso, no conviene fiarse demasiado. Krytion es muy orgulloso, si dejamos que se entere de que Silvana va a su encuentro justo cuando esté cerca de sus fronteras seguro que manda capturarla viva y llevarla ante su presencia para demostrarle al mundo que no tiene miedo de nadie. Si enseñamos a Silvana a defenderse como es debido y le damos la oportunidad de enfrentarse a Krytion, quizás se cumpla la profecía, esperemos que para nuestro bien.

“El prepararla para el enfrentamiento costaría meses, por no decir años. Y luego esta el problema de llevarla hasta la frontera, pues merodean muchas criaturas oscuras. Ya hemos tenido que desalojar las aldeas de alrededor. Además no sabemos si Krytion haría lo que dices, es orgulloso, pero también es inteligente, quizás lo suficiente para prevenir un enfrentamiento directo y deshacerse del problema lo antes posible”- dijo el enano pelirrojo. “Conozco a Krytion lo suficiente como para saber que hará lo que dice Ferethor”- dijo Efestion-. “Quizás sea arriesgado, pero si con eso conseguimos acabar con la amenaza de Ákare valdría la pena. No creo que llegar a la frontera sea demasiado problema si va acompañada de un pequeño grupo que pase desapercibido. Mientras podríamos producir pequeñas guerrillas contra los ejércitos de las fronteras para desviar su atención. Si complicamos las cosas lo suficiente a Krytion, quizás incluso él tengo que desviar su atención hacia esas guerrillas y dejar vía libre a Silvana para penetrar la frontera de Ákare. Pero primero debemos prepararla y elegir a un pequeño grupo que la acompañe.”

“Yo iré con ella”- dijo de inmediato Ferethor-. “Conozco bien los terrenos y accesos a Ákare. “Una cosa son los mapas y otra muy distinta estar allí, Ferethor”- dijo Efestion-. “Será muy peligroso y además necesitaremos de tu estrategia para distraer a Krytion.” “Creo que os las arreglareis sin mi. Pero ella, no. Nadie mejor que yo para infiltrarse en Ákare sin ser vistos. Además no soy mal guerrero y podría apoyarla si tengo oportunidad en el enfrentamiento.” “Quizás tengas razón… Muy bien, pues tú serás uno de los que vaya con ella. Creo que unos dos o tres compañeros más serían suficientes.” “Creo que yo podría ser útil”- dijo Lilith. “Muy bien, ya había pensado en ti”- dijo Efestion-. “Eres una estupenda guerrera y sabes manejar bien las artes de la magia élfica.” “Creo que si van representantes de los hombres y de los elfos, también debería ir un enano. Creo que debería ir Timly, es de los mejores en el combate y sabe orientarse en las cuevas y minas enanas, y, sin duda, deberán atravesar alguna para llegar hasta Ákare”- dijo el enano moreno. “Pues solo falta prepararles para el viaje, en especial a Silvana.” Y así se decidió el destino de Silvana y concluyó la reunión. Al día siguiente, Silvana empezaría su entrenamiento