Publicado el 13 julio 2016 por Cerebros En Toneles
No es sencillo alejarse del sufrimiento innecesario. Nadie lo ignora. En el bosque la lucha es cruel, cierto. Una ética de roedores, naturalizada, lo tiene presente. Pero hay infinitos senderos. Y con la inteligencia y la sensibilidad somos capaces de crear otras formas de habitar el bosque, sin causar daño. Sabe el roedor que es posible. No se trata de prohibir senderos, sino de mostrar otros mejores, más bellos, más justos. Porque la hierba avanzará y cubrirá los viejos caminos de la crueldad, olvidados por la falta de uso. Sólo un verdadero esfuerzo creativo puede generar otras rutas entre la vida del bosque... No es bueno desear el sufrimiento de nadie: no es propio de roedores. La estrategia de la terrible pisada alimenta al gran dinosaurio: se infla de maleza turbia. No es bueno querer el dolor de nadie. No es justo, ni bello. Para abrir nuevos senderos necesitamos, más que nunca, la ayuda de esa razón sintiente, de carne y hueso, vital, la que todos tenemos... No es bueno el sufrimiento innecesario, de nadie.