Revista Diario

Etiquetas, inseguridades y otros monstruos.

Publicado el 31 enero 2015 por Taraferar
¿Cuántas veces hemos llamado a otros por algo despectivo? ¿Cuántas veces hemos etiquetado a alguien como "gordo" "tonto" "flaco" "Es un mierdas" "Loco" y un largo etc de preciosos adjetivos (viva la ironía!) ¿Por qué lo hacemos?. Venga va, admitamoslo, estamos más llenos de prejuicios que nuestros pulmones de contaminación. ¿Es que no podemos aceptar la diversidad humana? A ver si ahora vamos a ser como otras especies de animales que rechazan al alvino del grupo!
Razonemos. Somos humanos, todos y todas, sin excepción (primero porque los robots aún no han poblado la Tierra, sino tendría la duda sobre esa afirmación, echémosle humor, o quizás no) y claro, si somos humanos y partiendo de la premisa de que nos reproducimos unos con otros, tendremos que ser físicamente diferentes y si después añadimos a eso que cada uno llevamos una vida diferente y aprendemos diferentes modos de ver la vida, de comportarse y demás, pues claro psicologicamente también somos diferentes. ¿Y en que momento ese "diferentes" pasa a ser una lista interminable de etiquetajes sociales por no llamarlos insultos? ¿Qué necesidad es esa? Ai! Humanos...!
Pues bien, no nos quedamos tranquilos hasta que no le ponemos un adjetivo a cada persona y eso a nosotros nos proporciona seguridad, si ya te tengo etiquetado o fichado ya no representas un "peligro" para mi, es decir considero que lo hacemos por nuestra propia seguridad y por lo tanto las personas de las que nacen esas lindezas podríamos decir que se sienten inseguras. Tienen la santa necesidad de etiquetar para quedarse más tranquilas y saber por donde se andan con "fulanito" y "menganito".
¿Por qué querrá esta mujer llegar a esa vacía conclusión (si bien, puede cumplirse o no)? Pues porque todos tenemos inseguridades, todos tenemos nuestros propios monstruos en el armario o debajo de cama, es inevitable. Podemos intentar ocultarlo con maquillaje de chulería, prepotencia, pensar que no existen en nosotros (engañosamente) incluso no maquillarlas y que se vea que eres un antílope  al que se lo pueden comer los leones de un bocado (si, lo comparo un poco con la sabana africana porque sinceramente, me da la sensación que en esta sociedad lo de pisar al de al lado se nos está yendo de las manos). De cualquier modo, pienso que cualquiera de las opciones son inviables. Cada uno de nosotros somos únicos, irrepetibles, eso ya es suficiente para que tengamos seguridad en nosotros mismos, dejemos de mirar al otro, trabajemos para nosotros mismos, trabajemos sobre nuestros miedos, sobre nuestros monstruos particulares y dejémonos de tonterías de: "este tío es tal" "aquella es esto otro" Eso, señores y señoras es perder el tiempo. Nadie es más que nadie aquí. El de al lado puede hacer cosas que tu no, y tu puedes hacer cosas que el no ¿Y qué? Pues oye en todo caso podríamos utilizar nuestros atributos y nuestras diferencias para hacer eso de "la unión hace la fuerza" que parece que en esta sociedad lo de la unión es una avispa de la que hay que huir.
Despertemos, reconozcamos nuestras "flaquezas", intentemos mejorar, avanzar y no miremos a nadie, y si lo hacemos que sea para tomar ejemplo de algo bueno. Rebusquemos en nuestros interior, ¿qué nos falta? ¿Qué nos llena? ¿A dónde queremos llegar? ¿Qué queremos ser? y soñemos!! Qué parece que nuestra parte imaginativa esté muerta, imaginemos y luchemos por ello (no lo hagamos si imaginamos unicornios, aunque bueno si podemos fabricar uno robótico...por qué no!). Intento transmitir la perdida de energía que supone fijarse en el otro para criticarlo y etiquetarlo, esa misma energía podría estar centrada en nosotros, en sacar la versión más mejorada de nosotros.
Centrémonos en nosotros mismos, dejemos los prejuicios, las etiquetas, las críticas, y mejoremos nosotros, y sobre todo, pintemos sonrisas!

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