Traducción del artículo aparecido en Metro en su versión de Reino Unido el día 3 de Febrero de 2016.
Los críticos "tories" (conservadores) atacan a Cameron acerca de las reformas "diluidas".
Un pacto diseñado para mantener a Gran Bretaña en la Union Europea no es ni por asomo cercano al cambio dramatico que se había prometido a los votantes, dijeron los críticos ayer por la noche.Las reformas, incluyendo entre ellas un "freno de emergencia" para las ayudas a la inmigración fueron bienvenidas por David Cameron, quien dijo que merecía la pena luchar por ellas. Sin embargo, el ministro conservador Steve Baker le acusó de "pintarlo mejor de lo que es" al añadir "este plan puede parecer brillante pero si lo tocas, es blandito". Liam Fox, el secretario de defensa oficial del señor Cameron, dijo "el conjunto muy limitado de peticiones de nuestro gobierno ha sido revisado a la baja por la Unión Europea en todas las áreas".El "freno de emergencia" permitiría al Reino Unido controlar los pagos de ayudas al trabajo - como la devolución de impuestos - a inmigrantes de la Unión Europea por sus primeros cuatro años de estancia en el país.
Pero antes de que el freno pueda activarse, los otros estados miembros tendrían que estar de acuerdo en que una inyección acusada de trabajadores ha puesto a Reino Unido bajo presión. Los inmigrantes conseguirían gradualmente ayudas más altas cuanto más tiempo residieran en Reino Unido dentro de este periodo de cuatro años.
Otra reforma clave propuesta por el señor Cameron - una prohibición a inmigrantes para que no puedan reclamar ayudas por tener hijos cuando estos residan en el país de origen - fue rechazada. Pero los trabajadores recibirán pagos más bajos si el nivel de vida es más bajo en su país de procedencia que en Gran Bretaña.
El primer ministro consiguió ganar respaldo para un sistema de "tarjeta roja" que forzaría a la Unión Europea a desechar o alterar nuevas leyes. Sin embargo, dentro del pacto desvelado por el presidente del consejo europeo Donald Tusk, el 55 por cierto de los estados miembros tendrían que oponerse a la ley para que esta "tarjeta roja" pudiera aplicarse. Esto implicaría que Reino Unido necesitaría el apoyo de otros 14 países.
Cameron dijo que aunque hay más trabajo que hacer en este sentido, las reformas esbozadas eran suficientes para persuadirle que Gran Bretaña debería permanecer en la Unión Europea. El alcalde de Londres, Boris Johnson, le espetó a "renegociar este paquete de medidas muy difíciles lo más raudo posible" pero añadió "mucho, mucho más necesita hacerse".
El veterano y euroexcéptico Sir Bill Cash desestimó las propuestas, calificándolas como "paquete del tamaño de una pinta".
Cameron espera que las reformas sean finalizadas en la reunión del 18-19 de Febrero y el referendum sobre la membresía en la Unión Europea llevado a cabo en Junio.
Stuart Rose, de Britain Stronger in Europe ("Una Gran Bretaña más fuerte en Europa"), dijo que "estas reformas serían buenas para el país".
El ministro Alan Johnson, presidente de la campaña Labour In for Britain ("Trabajo para Gran Bretaña"), apoyó un referendum en Junio. "Cuanto más rápido, mejor", dijo.