Evasión de cerebros

Publicado el 02 marzo 2016 por Gogol
Aunque vivillo y gordete, Santi nació sietemesino. La piel blanca, un resol de pelo y los ojos claros… Pero apenas vivió dos meses, se le empezó a nublar la mirada. Hasta entonces, entre los brazos de María, su madre, si le hacías una mamola, cabeceaba amagando la sonrisa. Y dos meses después, ya digo, por más que lo alujerasen cabeceaba muy despacio y con los ojos caidones. Sólo cuando le hacían tragar el último biberón de cada noche, remataban las constantes trifulcas de sus papás, abuela, criada, hermanas y hermano; y claro, apagaban la televisión, volvía a endulzársele el semblante y quedaba dormidito. Pero aquella noche que la tercera hermana no vino a casa, el padre se negó a voces a comprar un coche nuevo; y María, en venganza, a que fuese al mitin socialista, el matrimonio durmió por primera vez en camas separadas. Ella, para consolarse, metió a Santi en la suya; y Santiago, ciscándose en los consejos del médico, encendió el cigarrillo que... Leer más