Cada mañana, A despierta en el cuerpo y la vida de una persona diferente. Nunca hay aviso previo de dónde ocurrirá o quién será el elegido. Pero A ya se ha hecho a la idea de ello, incluso tiene una serie de normas que sigue para vivir: nunca involucrarse. Pasar desapercibido. No interferir. Todo está bien hasta la mañana en la que A se despierta en el cuerpo de Justin y conoce a la novia de este, Rihannon.
A partir de ese momento, las normas a través de las cuales se ha guiado siempre dejan de tener sentido. Porque, finalmente, A ha encontrado a alguien con quien de verdad quiere estar… un día, y otro, y el día de después.
A esta novela le tengo un cariño especial. Era de las que más me llamaban la atención del autor, y resulta que me la regaló Andvari las pasadas navidades, así que tengo el doble de motivos para tenerle cariño. Encima, la historia me encantó. David Levithan es un maestro a la hora de crear novelas sencillas (que no simples) pero potentes, y este es un excelente ejemplo de ello. La historia es original: una novela protagonizada por una persona (no sabe si es chico o chica) conocida simplemente como A que cada día se despierta en el cuerpo de una persona diferente no es algo que se vea todos los días.
La historia se pone en marcha cuando A se enamora. El problema es que cambia de cuerpo cada día, de modo que vemos también muchas facetas del ser humano en las reacciones de Rihannon y las personas que lo/la rodean; y también las suyas propias. Por ejemplo, Rihannon dice amar a A, sí, pero cuando este (o esta) se despierta en el cuerpo de un chico gordo, de repente no se siente atraída por él, a pesar de que dentro se encuentre la misma persona. Pues qué bien, ¿no? Aquí David Levithan retrata perfectamente la hipocresía del ser humano. ¿Quién no ha vivido situaciones similares? Decimos que lo importante es el interior, sí, pero muchas veces eso solo cuenta cuando el exterior también es bonito.
Son muchos los detalles como este que hay a lo largo de la novela. Se trata mucho el tema de los prejuicios inherentes en el ser humano, y también otros como la homosexualidad, omnipresente en casi todas las novelas del autor. Y es que, ¿se siente igual de cómoda Rihannon besando a un chico que a una chica, aunque dentro se encuentre la misma persona? Obviamente, no, pero a través de los distintos cuerpos que visita A ella se va dando cuenta de que lo importante, efectivamente, está en el interior. Aunque le cuesta, todo sea dicho.
Los personajes en general me han gustado, aunque no son muchos los que llegamos a conocer realmente debido a la situación de A. He empatizado muchísimo con A, y eso es un gran logro por parte del autor, ya que es imposible que nadie haya vivido una situación parecida. Sin embargo, David Levithan logra perfilarlo de una manera tan perfecta que es imposible no sentirlo como una persona de carne y hueso... a pesar de que no tenga carne y hueso propios. Rihannon, por otro lado, si bien en general me ha gustado, ha tenido momentos de hipocresía (como el que mencionaba antes) en los que me ha caído bastante mal. Por último hay un tercer personaje que tiene importancia en la trama, pero como hablar de él os la estropearía, prefiero dejar que lo descubráis vosotros.
Toda la historia está contado con un estilo maravilloso, con frases sencillas pero potentes, como decía antes, que llegan directamente al corazón. Son tres los libros que he leído hasta la fecha del autor, y los tres han acabado llenos de esquinas dobladas. Este es probablemente el que más. David Levithan es experto en escribir frases para enmarcar, llenas de una sabiduría y una filosofía que te hacen reflexionar y pocas veces se encuentran en una novela juvenil.
Por supuesto, la novela no es perfecta. Para mí tiene un fallo, y es el del instalove: A se enamora de Rihannon con solo pasar una tarde con ella. Así. Porque sí. Pues no me lo creo, la verdad. Sin embargo, para ser sincero, tampoco es algo que me haya molestado, pues el autor lo compensa con creces. No obstante, lo comento de todos modos para que sepáis con lo que os vais a encontrar.
En definitiva, Every Day es una novela que tiene sus fallos, pero a mí ha logrado encandilarme totalmente, tanto por la originalidad de la historia como por la maravillosa pluma del autor.
Lo mejor: El estilo del autor.
Lo peor: El instalove.
Te gustará si... te apetece leer una novela sencilla pero profunda que te haga pensar.