Evocando a Dvorák

Publicado el 26 julio 2011 por Agora

Ahora llega inquieta a la memoria

la necesaria urgencia de su música,

ahora que camino solo y desvelado

entre todos los árboles que aroman

ese bello jardín que imagino único,

quizás elegido para unos conciertos

que procuraban largos e indelebles,

resonando hoy en el cielo templado

de las suaves noches de septiembre.

Ya regresa a nosotros la armónica

emoción del amanecer americano,

la danza sinfónica de las infinitas

praderas, que Dvorákllevó desde

el paisaje melancólico y oscuro de

Chequia, como la raíz de una tierra

única para un patria recién nacida,

y así se nos regala, generosamente,

su apasionada vocación, la belleza

siempre increíble y evocadora, de

la gran Sinfonía del Nuevo Mundo.

Eduardo López Pascual