Revista Talentos

Evolución

Publicado el 14 diciembre 2009 por Jaferrandez

Como me suele ocurrir con estas cosas, necesito dos días y varias lecturas para ejercer la diplomacia. Por eso entiendo la postura de nuestro gobierno ......... en estos asuntos. Nosotros como paseantes comunes por el retorcido sendero vital solo "podemos" percibir la situación hasta el siguiente recodo. Quien dirige nuestros destinos, porque así lo hemos querido, debe elevarse para tener una perspectiva amplia y no dejar el navío que dirige a merced de los vientos que le harán naufragar. ¡Qué poético me pongo! Al fin y al cabo les pagamos para eso ¿no?.

A lo que iba. Y con ánimo de desbarrar que todos tenemos derecho y en estas ocasiones lo ejercemos. La esencia de nuestro país es mestiza, algo que (casi) nadie discute y por ello percibimos la problemática racial de forma un tanto sui-generis. Y remontando podríamos llegar a los “emigrantes” africanos de hace 1.000.000 de años que aterrizaron en Atapuerca ……….. De momento y a fuer de ser inexacto en el proceso evolutivo pero sirve para entendernos.

Veo ahora un proceso de crispación que ya se ha producido en otros países antes y que desde aquí observábamos con tensión pero distanciados hasta los atentados del 11-M. Y tan cierto es que debemos estar preocupados como que tenemos la obligación desde la sociedad civil por esforzarnos en estimular al mundo musulmán en su secularización: ¡Única manera de que distintas culturas convivan, o desaparezcan sin mayores traumas! A mi no me asusta la utilización de términos raciales no peyorativos: entiendo racista y ridículo denominar “persona de color” a alguien que no sea ¿blanco?. Así que los términos de los siguientes párrafos no deben sacarse de su contexto, ¿vale?.

De esta manera, optimista, me planteo los conflictos que la persistencia religiosa se empeña en regar con sangre desde hace miles de años. Y precisamente el hecho de haber llegado hasta hoy me permite creer que es posible. Desgraciadamente todos los días tendremos razones para el desencanto.

Pero NO pueden ser anécdotas tan peregrinas (sin perdón) como el ataque de unos delincuentes comunes (por mis mitos infantiles me niego a calificar como “piratas” a esos criminales) contra un barco español (aunque no de bandera, ¿eh?) convertida en auto de “fe cristiana” lo que me dicten mi comportamiento con los negros.

Y NO pueden ser incidentes tan peregrinos (sin perdón) como el secuestro de unos ciudadanos del mundo por parte un grupo terrorista (en este caso, como cuando los “etarras” han secuestrado a otros ciudadanos, el conjunto es el mismo) los que me fuercen a mirar por encima del hombro a los árabes.

Algún compañero de viaje (social) dice que estas personas tienen nombre y apellidos, al igual que la ciudadana del siguiente párrafo y que todos tutean ahora. No debería esforzarse demasiado en esa tarea. ¿Se acuerdan los fariseos de hoy de los nombres de todos aquellos ciudadanos del mundo que han sufrido (están sufriendo) idénticas y peores torturas? En cualquier lugar del mundo. Impresentables y mezquinos que se aprenden el nombre de la ciudadana saharaui y lo lanzan contra el gobierno y no recuerdan donde estaban en momentos tan desgraciadamente similares. ¿Les suena Georgia/2002?

Y NO será el chantaje emocional de una ciudadana del mundo lo que me convenza de la maldad del monarca alauí (término curioso por si mismo, ¡pardiéz!, pero me sirve para entender su extraña relación con el monarca borbón) ya que su actitud, creo que profundamente meditada, solo está sirviendo para encrespar un poco más la tensión interna de la sociedad española (como si tuviésemos poco con lo nuestro) aunque puedo reconocer (y lo hago) que lo está haciendo muy bien. Pero su órdago en defensa de la dignidad (¿donde estás Che?) por encima del bienestar de sus hijos no soy capaz de encajarlo. El conflicto del Sahara, en términos históricos, ha resultado un conflicto histriónico: las actitudes de partidarios, detractores, colonialistas, anexionistas, independentistas, expoliadores, explotadores, etc etc a lo largo de las décadas solo ha servido para alimentar, literalmente, egos y estómagos, excepto los de los verdaderos sufridores del “conflicto”. Como suele ocurrir. Y adicionalmente, en las últimas semanas, provocando deserciones en su propio bando de veteranos defensores de los derechos humanos. Los verdaderos derechos de todos.

Lo último que he leído ha sido una nota en el “facebook” de José Medrano en el que focaliza el análisis en el comportamiento de la comunidad islámica. Lo entiendo pero no lo comparto. Más que nada porque da valor de condición al elemento religioso y creo que es un error de bulto para alguien que cree en la sociedad civil y laica como generadora de libertad. A mí, personalmente, me importa un rábano que los mahometanos (sunitas o chiitas o lo que sean) condenen el secuestro. Mi actitud hacia ellos no va a cambiar. Tampoco lo han condenado desde el Vaticano ¿no? Pero si que me parecería MUY positivo que los representantes de grupos SOCIALES como los emigrantes paquistaníes en nuestra ciudad mostrasen su solidaridad con el pueblo que los acoge. Pero tampoco me indicaría nada más allá de un atisbo de conexión humana entre humanos.

Estoy convencido de que lo que está haciendo el gobierno (y mira que el ministro Moratinos da un poco de grima) es lo más adecuado. Pero solo servirá, según el final del secuestro o del “exilio de aeropuerto” para atacar al gobierno o para atacar al gobierno (en cualquier caso). Y dejar más crispación entre contertulios de barra de bar de barrio o hipócritas presuntuosos en debates televisivos a resguardo de bandidos o huelguistas de hambre.

Y ahora una pregunta: ¿Que está haciendo el gobierno en ambos conflictos?

Y ahora una respuesta: Cuando finalicen los conflictos que nos lo expliquen. Lo que estén haciendo, dicho en voz alta durante el proceso ya sabemos que puede resultar perjudicial.

Y ahora un disparate. ¿Que carajo me importa lo que haga (dentro de un orden que se entiende que mantienen) si el resultado es positivo? En ese caso a lo que tiene que ponerse es a buscar herramientas (no necesariamente del gusto de todos) para evitar que se repita.

Moraleja: ¿Dar peces o enseñar a pescar?

@ jaferler

Pd.- Ni me apetece poner fotos, dibujos, ni chistes.


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