Hoy es el día de contar la historia de un libro cuyo poder ha hecho que me transporte a las páginas de una aventura que encarna los valores que todo buen libro debe tener: Una historia inolvidable, unos personajes de ensueño, una técnica sublime, una trama adictiva y un desenlace espectacular. Pocos libros pueden llegar al nivel del que estoy hablando. Una historia juvenil que demuestra que un léxico cuidado, no debe reñir con una historia orientada a jóvenes con un gusto muy exquisito.
Ex Libris es la apuesta de Everest para esta temporada, y he de decir que ha dado en el clavo. Sandra Andrés Belenguer, ha conseguido hacer arte de una trama que prometía hacerme pasar muy buenos momentos, y que para mi sorpresa, lejos de igualar o empeorar mis expectativas, ha conseguido superarlas.
Nada me hacía suponer, que una tarde, tras empezar una de mis lecturas de rigor, me iba a encontrar con una historia tan especial. Digo especial, porque este libro está escrito para ti lector/a, amante de la literatura y ávido de nuevas aventuras y nuevos mundos por descubrir.
Cuando una historia es concebida con ilusión por sus creadores, en este caso creadora. ese sello queda impregnado en cada una de sus páginas. Eso es lo que ha hecho Sandra Andrés Belenguer en esta historia. Condensar parte de su esencia como si del perfume más perfecto se tratara y regalarnos una historia única y difícilmente repetible.
Podría deciros que su protagonista se llama Lara, una joven algo rara. Su pasión son los libros, vive para ellos... Eso le hace ser muy poco popular entre sus compañeros, incluso llegando a ser objeto de burlas en muchos casos. Su situación familiar no es la mejor, se ve obligada a trasladarse a francia, debido a los problemas económicos que acarrea la familia.
Muy pronto, mientras intenta hacerse un hueco en el adverso mundo en el que se ve obligada a vivir, conoce la misteriosa librería Blanchard y al enigmático librero que le esconde un trascendental secreto que marcará el transcurso de su vida, para siempre.
Lara, es todo lo que un lector/a ha sido y será siempre: Un insaciable devorador de historias que experimenta esa ansia y nervios previos a la inmersión en una nueva aventura, y que se transporta a esos mundos donde solo la imaginación es la llave.
Gracias a eso el lector/a que se precie de serlo, se siente identificado/a instantáneamente con su protagonista. Sandra utiliza esa arma a su favor con maestría, llevando al lector a su terreno, apresándolo y no dejándolo escapar.
Con un léxico y nivel literario envidiable, nos trasportará a un París de finales del siglo 19, principios del 20, y haremos un recorrido por esas obras trascendentales que no deben pasar desapercibidas en nuestras estanterías. Sandra tiene un don, y es el de contar de forma simple, pero con un léxico muy bien elegido, historias que de otra forma no hubieran podido ser contadas
Conoceremos en su viaje al pasado, a un periodista llamado Julien que la embarcará en una aventura con tintes policíacos donde un misterio debe ser resuelto. Una historia debe ser terminada por nuestra protagonista y Julien es su mayor baza para que eso se lleve a cabo.
Si aún pueden haber dudas del inmenso nivel que posee esta historia, os puedo hablar de un nudo o conflicto, siniestro a la par que dramático. Obras literarias y teatrales, tendrán un gran papel en una trama donde el misterio está servido.
Para terminar este perfecto bordado literario, os puedo asegurar que su final es romántico, prometedor y en pocas palabras...Perfecto.
El único contra que tiene el libro, es el romance. Haberlo, hay, pero es tan puro y pulcro que peca de algo soso, pero inolvidable a su manera.
Sandra ha hecho una Oda a los libros. Ha regalado a la literatura una historia que refleja a las claras el amor a los libros. Lo que siente un lector que se precie al sumergirse en la páginas de un libro, aspirar su aroma, vivir todas las aventuras con sus personajes, incluso queriendo ser ellos mismos, y en definitiva, lo que todos solemos hacer cuando abrimos un libro.Vivir cada instante de esa historia, hasta que leamos la palabra...
FIN.
Solo espero que un día Sandra nos transporte nuevamente a alguna de sus librerías misteriosas. Quién sabe si cerca de tu casa o de tu barrio algún día pueda aparecer una...