Lara es apodada como "La nueva" o "Bicho raro" en todos los institutos en los que se matricula. La principal razón de su marginación es que Lara solo parece interesada por la literatura y no es nada hábil en las relaciones sociales. Cuando ha conseguido tener alguna amiga, tampoco ha sabido conducir bien esa amistad. Lara vive en París, ciudad a la que sus padres han emigrado dos años antes. Cuando tuvo que mudarse pensó que ese cambio de domicilio y de vida supondría para ella una oportunidad para recomenzar una vida que no le gustaba. Sin embargo, en su nuevo instituto continúan las risas, los murmullos y la actitud distante de sus compañeros. Agobiada por un suceso desagradable con los gamberros de su clase, se va a un parque cerca del cual descubre una extraña librería, la librería Blanchard. El cartel de la librería es un libro abierto con las letras «Ex Libris» y dos interrogantes en él. Aunque la librería parece muy antigua y cerrada al público, llevada por su incansable curiosidad y para refugiarse de la lluvia, Lara decide entrar. El librero, un tipo extraño, la cita para días más tarde. A partir de esa cita, Lara comienza el fin de su solitaria existencia e inicia su propia aventura.
"«Puede que esta novela tenga más secretos de lo que suponía... », pensé mientras mis dedos agarraban la tela de mi falda y la retorcían en un gesto que denotaba la tensión en que me hallaba. ¿Y si no soy capaz de terminarla? ¿Y si es demasiado para mí? Una verdadera protagonista sabría qué hacer...»"
Tuve la suerte de poder hablar con la autora sobre la novela y una de las preguntas que le hice fue sobre Julien y el hecho de que comparta nombre con Julien Sorel, el protagonista de Rojo y Negro de Stendhal, una de las novelas que se nombran en la novela. Sandra me comentó que se trató de simple casualidad, no obstante, salvando las distancias entre ambos, creo que hay algo de Sorel en el Julien de Sandra, lo que hace que todavía me resulte un personaje más interesante.
Otro punto a destacar es la maquetación del libro, tan bonita y acertada que es como si tuviéramos el destino de Lara en nuestras manos (los que lo hayan leído me comprenderán a la perfección), sin duda uno de los libros más atractivos de este año, en mi humilde opinión.
De la prosa como siempre que leo una novela de Sandra, solo puedo admirarme por su estilo narrativo, preciso, correcto y muy personal. La pega es que me hubiera gustado ver más entre Julien y Lara, aunque todavía me queda la esperanza de que haya una segunda parte en la que pueda disfrutar de esas escenas.