Exéresis.

Si pudieras borrar el recuerdo de una persona de tu mente… ¿lo harías? Este es el punto de partida de la película que vi anoche, y que me niego a referir como así lo quiso un tipo sin estilo. Traduciré literalmente de su título original: “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, es más largo, pero también más acorde con el tono general de la cinta.
No haré una crítica de la película, porque ni me considero capacitada, ni es la idea de esta opinión personal. Solo diré que es original, distinta y curiosa, y que te hace reflexionar sobre la conveniencia o no de eliminar para siempre a alguien -cuyo recuerdo hace daño- de tu cerebro. Y es que quizá eso consigas hacerlo acudiendo a consulta como quien va al dentista a desprenderse de una mala muela, pero… ¿qué pasaría si volvieras a ver al sujeto “borrado”? Las personas no se arrojan a la papelera, tras su exéresis…

El cartel de la película ya avisa: es posible extraer a una persona de tu cerebro, pero no de tu corazón… Esta es una apreciación romántica, claro está, porque científicamente ambas cosas son una, y de hecho somos nuestra mente y lo que ella disponga, tanto para bien como para mal. Cuando tomamos una decisión con la cabeza y extirpamos, tal vez podamos dejar al corazón llorando un rato y sangrando aún más tiempo, pero la razón (o el interés) ha vencido, y con el tiempo la emoción irá cicatrizando como por encanto, hasta el punto de preguntarte si alguna vez existió…

Particularmente, al inicio de la película, expresé mi conformidad con la invención de una máquina que destruyera todos esos recuerdos vinculados a la persona que te hace llorar al evocarla, pero a medida que el metraje avanzaba, fui cambiando de opinión, y es que la memoria se iba borrando de forma progresiva, desde lo más reciente hasta lo más antiguo, lo más encantador, lo nuevo, lo prometedor, lo agradable, lo que enamora… ¿y quién -en su sano juicio- querría olvidar lo que un día hizo que su vida cobrara sentido? ¿Quién?

En mí existen personas cuya mención callada consigue alterarme, enfadarme, entristecerme, arrepentirme… pero aun así, no las querría olvidar si pudiera, pues forman parte de la vida que tanto amo, y ni la vida, ni el amor se se llevan bien con la perfección. Eso rompería todo el encanto… 
-¿Vale, Joel?
-Vale, Clementine…