Revista Literatura

Exilio.

Publicado el 29 diciembre 2011 por Gildelopez

Sólo quienes lo vivimos conocemos y sentimos el dolor del exilio. Sólo nosotros y nuestros amados sabemos del desgajamiento moral, de la escisión anímica que produce el separarse de lo que es toda tu vida: tus calles, tu casa, tu familia, tu mujer, tus hijos. Todos son como partes de tu organismo que te duelen tanto o más que un miembro amputado. No soy el único que muere de a poco cada día por la distancia de sus querencias, lo sé. Somos miles, millones tal vez los que compartimos ésta situación. El sufrimiento nos es común a todos, en mayor o menor grado. Lo que nos diferencia son los mecanismos que activamos para coptar la nostalgia y evitar que se convierta en una agonía constante. Sé de muchísimos que adoptan conductas autodestructivas que acaban por romper los lazos que los unían a lo que antes era su todo; en ocasiones re-construyen una nueva existencia, pero más frecuente que no, lo que consiguen es no tener vida ni aquí ni allá: son como zombies morales , inmersos en actitudes violentas y hábitos auto-aniquilantes. He tenido la suerte, desde toda mi vida, de poder adaptarme a situaciones cambiantes y sacar provecho de lo que tengo a mano, manteniendo la mente ocupada en mis actividades diarias, para cerrar el paso a la melancolía. Si por mí fuera, trabajaría 16, 18 horas diarias... el cansancio físico es nada si te adormece el dolor del alma. No entiendo a quienes se quejan y quisieran regresar a México no por sus seres y lugares amados, sino porque "acá todo es trabajo". O cuando tienen que trabajar horas extra su sentimiento es de resignación y exclaman: "Ah, pero queríamos norte, ¿verdad?", catalogando al trabajo como una maldición bíblica. No sé... será que desde niño me enseñaron mis padres, con su ejemplo, que el trabajo es un don que debemos agradecer, pero bien sé: "cuando la tarde languidece, renacen las sombras" y entonces, para vencer los temores, como el zambo Manuel, paso "la noche entera moliendo café". Sí... el trabajo es una bendición.
Santa Ana, CA, 29, diciembre, 2011


Published with Blogger-droid v2.0.2

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas