Exponte un poquito al sol, con moderación es bueno.

Ya era hora de retomar la serie de los 7 Pasos para el Cuidado Natural de la Piel, del que podéis leer la introducción pinchando aquí.
Os hablé de la necesidad de una buena higiene, hidratación, hacer ejercicio, mejorar nuestros hábitos alimenticios y por supuesto beber mucha agua (cada uno es un link, os animo a que os peseéis por el resto de posts)
Hoy ataco la recta final con el paso número 6, un tema un poco peliagudo porque os voy a animar a tomar el sol...
Stephanie Tourles, en su libro Organic Body Care Recipes lo describe muy bien:

Vivimos en una sociedad sol-fóbica y aún así todos los seres vivos que habitan la faz de la tierra (plantas, animales, personas) necesitamos, al menos, un poquito de sol para poder sobrevivir.

Es evidente que una exposición excesiva al sol es algo muy agresivo para nuestra piel y los daños causados son acumulativos de por vida
Como todo, en moderación, el sol es bueno para la dermis y, por extensión, para nuestra salud.

Foto deAndreas Krappweis

La piel produce la mayoría de la vitamina D que nuestro cuerpo necesita para absorver el calcio que ingerimos a través de los alimentos. Esta vitamina D deja de producirse si evitamos de manera obsesiva (o por circunstancias) que nos de el sol.
Los dermatólogos recetan una exposición moderada al sol en casos de eccemas, acné, psoriasis y urticarias producidas por hierbas como la hiedra venenosa o la ortiga.
Exponernos al astro rey reduce los niveles de estrés y la presión sanguínea, equilibra los niveles hormonales e incrementa la producción de serotonina.

Foto de Vassiliki Koutsothanasi

Expertos recomiendan tomar el sol sin protección cada día... vale, dicho esto y antes de que nadie se me tire al cuello sigo explicando: media hora máximo, antes de las 9 am o después de las 5pm.
Estudios médicos confirman que este tipo de exposición controlada ayuda a conservar la salud de nuestros huesos y nuestra piel.
Yo, que vivo en Suecia, lo primero que he pensado al leer estos informes es que, a partir de octubre, no voy a ver el sol ni por asomo antes de las nueve de la mañana ni después de las cinco de la tarde, pero bueno, para eso tengo a Stephanie Tourles, que es la gran gurú del cuidado natural de la piel y tiene respuestas para todo:

Si vives en el norte, donde la luz solar puede ser limitada en invierno y las temperaturas muy bajas, intenta exponer tus manos y tu cara al sol durante 15 minutos cada día.

Foto de Ann- Kathrin Rehse

Muchos profesionales de la salud han observado un incremento en los casos de osteoporosis, fracturas espontáneas en huesos pequeños, deficiencias de vitamina D, enfermedades cutáneas y desequilibrios en los estados de ánimo en personas que habitualmente viven sin salir más allá que de casa al trabajo, pasando por el metro o el coche... ni una gotita de sol, vamos.
La exposición al sol es un tema muy devatido, así que, si tu médico o dermatólogo te ha recomendado evitar el sol a toda costa, deberías aumentar tu ingesta de vitamina D. Es un nutriente esencial y lo podemos encontrar en los siguientes alimentos:

• yema de huevo
• aceite de hígado de pescado
• soja
• leche de arroz
• entresijos (carne proviniente de órganos internos... sé que da cosa per a mí me gusta!)
• salmón
• sardinas
• arenque

Foto de lockstockb

No voy a olvidarme de hacer incapié en que si vamos a tomar el sol fuera de las horas que he comentado antes y por un periodo prolongado, es IMPRESCINDIBLE utilizar protección solar. Aplicarla antes de tomar el sol o salir a la calle, tener en cuenta vestir ropa que nos proteja, beber mucha agua (la exposición al sol produce deshidratación) y utilizar el sentido común que, asumo, tenéis.Si vamos a la playa o al campo a pasar el día, es buena idea ir re-aplicando el protector solar cada par de horas y evitar estar totalmente expuestas cuando el sol está en su posición más agresiva (medio día). No sólo es malo para la piel sino que nos puede dar una insolación.

Foto de Claire Muldoon

No puedo evitar hacer un comentario sobre la necesidad de encontrar un protector solar y una crema para después de la exposición al sol que sea natural. Este tipo de productos están cargaditos de químicos y si vamos a estar aplicándolo en nuestra piel cada día y varias veces durante los tres meses de verano (que deberíamos) el perjuicio al final es mayor que la protección.
Cualquier crema tópica acaba absorviéndose al torrente sanguíneo (pensad en los parches de nicotina, antibabies o en las cremas antiinflamatorias).Os recomiendo que busquéis un preveedor de cosmética natural, a día de hoy es más fácil de encontrar que antes. Os doy el ejemplo de la marca Uvas Frescas que entrevisté hace poco aquí en el blog, pero hay muchas otras casas que se preocupan por nuestro bienestar y el del entorno produciendo cremas 100% naturales sin químicos añadidos.

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