- Nada, contestó la princesa. Estoy segura que alguien vendrá en mi busca.
- ¿ Y si nadie acude ? - Le replicó el búho.
- Eso no ocurrirá, respondió tajante la princesa.
- Quizás si hubieras sido más amable y comprensiva con la gente de tu alrededor, enseguida hubieran salido a buscarte. Le dijo el búho. Aunque pienses que esto es un castigo, te vendrá bien para valorar lo que tenías.
- Querrás decir lo que tengo, dijo la princesa.
- Has oído bien, lo que tenías, porque ahora para recuperarlo habrás de ganártelo.
- Pues de aquí no me pienso mover hasta que alguien venga en mi busca, volvió a decir la princesa.
- Si avanzaras y rectificaras, todo sería más fácil.
- Eso nunca, yo soy la princesa. Volvió a decir de nuevo.
- Pues entonces aquí seguiras por la eternidad. Y si mi consejo no quieres escuchar, nada más te he de contar.
Pasaron los años y la princesa seguía bajo el árbol. Hasta que un día, cansada de la situación y harta de pensar, agachó su cabeza y avanzó.
- Nada pierdo por intentarlo.
Entonces el búho volvió para guiar su camino.
MORALEJA : Nunca des nada por hecho. Pues donde menos te lo esperes encontrarás una mano amiga. Pero recuerda, que se recibe lo que se dá. Y a veces la vida te pone en otro lugar para que sepas apreciar lo realmente bueno.