En la escena final de La muerte tenía un precio, Lee van Cleef pregunta a Clint Eastwood qué le ocurre justo después de ajusticiar al último de los esbirros de Gian María Volonté, y el bueno de Clint le decía: "Nada viejo, que no me salía la cuenta". Pues eso. Con Agüero en el City y Forlán a punto de ser traspasado, sólo tenemos de referencia a Falcao, Adrián y Diego Costa lesionado de gravedad. Las cuentas no salen, habrá que esperar si llega otro delantero o finalmente se queda Forlán.
En cuanto a Falcao, las expectativas que ha generado en la afición son muy elevadas. Tanto como para que deban justificar que los 45 millones que ingresó el Atlético por Agüero vayan a parar directamente a las arcas del Oporto. No obstante, es un fichaje que invita al optimismo, sus estadísticas en los dos años en el conjunto portugués le avalan: en la temporada 09/10 metió 34 goles, 24 en liga y 10 en Champions, y en la temporada pasada 33, 16 en liga y 17 en la Europa League, con actuaciones tan sonadas como la del partido de ida de semifinales contra el Villarreal, en la que le endosó nada menos que 4 goles, y en la final contra el Sporting de Braga, que con un remate de cabeza de manual llevó la copa a las vitrinas de los dragones. Un delantero de indudable olfato, capaz de rematar hasta los centros de nuestro querido Perea pero que, a la espera de encontrar un acompañante de garantía (véase Osvaldo, Forlán, etc), se antoja insuficiente para afrontar las tres competiciones. Además, hay que tener en cuenta que no es el Kun, mete goles pero no genera ocasiones por sí sólo. Una vez más, la inspiración de nuestro mago del balón particular, el rey tuerto en el país de los ciegos, Jose Antonio Reyes, será indispensable para que Falcao sea productivo. Crucemos los dedos.