Revista Diario

¿Fama o normalidad?, ¿Qué prefieres?

Publicado el 02 octubre 2020 por Benjamín Amoedo De La Grana
¿Fama o normalidad?, ¿Qué prefieres?

Creo que en la sociedad en la que vivimos damos demasiada importancia al qué dirán, las apariencias y la falsedad. Muchas personas viven ambicionando la fama, sobre todo a través o por culpa de las redes sociales, creo que vivir ambicionando algo como un sueño idílico cuando en realidad es más una tortura o un mundo de mentira, considero que es un error. Desear algo con todas tus fuerzas y que al final del camino ese algo resulte no ser lo que tu esperabas es un duro golpe que asimilar, muchas veces nuestros sueños van mucho más lejos de la realidad y cuando afrontamos dichos sueños en la vida real no resultan ser tan maravillosos como pensábamos, nos dejamos engañar por los puntos positivos sin ver el lado amargo y triste de las cosas y mas si cabe aun cuando hablamos de fama.

Yo no he sido una persona famosa ni mucho menos, pero si he tenido la suerte de poder elegir que quería hacer con mi vida si quedarme en ese mundo superficial y lleno de mentiras o con mi vida de persona normal, creo que en este aspecto soy un privilegiado, por que he tenido la capacidad de decidir, al menos pude ver con mis propios ojos la realidad, y no viví toda mi vida idealizando una mentira, pensando e imaginando como y cuanto de feliz hubiera sido mi vida, por suerte no vivo soñando con una mentira y un mundo irreal como todo ese ejercito de niños de las nuevas generaciones que solo sueñan con ser famosos sin pensar en la cantidad de basura y gente podrida que hay detrás.

Cuando comencé en este mundo de ser “alguien reconocido”, y lo escribo entre comillas por que en verdad nunca llegue a ser nadie, una persona muy reconocida en mi país me dijo que no muchos de nosotros alcanzaríamos la fama, pero todos nosotros somos personas y como tales debíamos de formarnos por si el día de mañana bajo las circunstancias que fueran debíamos de dar la cara ante una cámara y hablar a miles o millones de personas pues en ese caso teníamos que dejar en buen lugar a nuestro país y no hacer el ridículo y quedar como unos paletos porque si el día de mañana triunfábamos podíamos ser el ejemplo a seguir para cientos de niños y debíamos de estar a la altura de esa responsabilidad. Con ese ejemplo de respeto, humildad y solidaridad llegue yo a este mundo, una vez en el te das cuenta que no te puedes abrir de buenas a primeras a nadie, que confiar en los demás no esta del todo bien si no observas atentamente antes, que todo lo que hay a tu alrededor tiene un interés, todo el mundo es susceptible a hacerte daño y que en el fondo nunca sabrás si tus amigos en verdad son tus amigos o tan solo una panda de buitres en busca de un interés, acercarse a alguien o poder salir en la foto, un mundo donde todo lo que hagas y lo que digas se va a mirar con lupa, tus gestos, ropa, familia todo es susceptible de ser criticado, no importa tu vida, no importas tu ni tu felicidad, importa lo que puedas aparentar, aparentas ser feliz cuando no lo eres, confías en personas que te traicionan, te da miedo volver a confiar en los demás, abrirte a terceras personas, tienes miedo, camuflas tu dolor, cuando te quieres dar cuenta te escondes, te apartas de la sociedad, tu carácter se amarga, te vuelves mas duro, frio y calculador, dejas a un lado tus sentimientos y sufres en silencio, pero de cara a la galería parece que todo es normal, que todo marcha como de costumbre y vives tu vida idílica llena de felicidad mientras cumples tus sueños…hasta que aparecen los problemas y tiran como un trapo, ya no sirves, eres un objeto, como persona no vales nada y nadie va a estar ahí para ayudarte cuando en verdad lo necesites, las personas dejan de llamarte, los amigos desaparecen, la gente hace preguntas, mientes, se inventa cosas, te hacen daño un largo etcétera, al principio tratas de combatir los rumores, al final pasas olímpicamente de todo, pues no merece la pena luchar contra la ignorancia y las mentiras.

Por suerte no es un mundo tan extremadamente cruel, simplemente es otro mundo diferente, paralelo a la normalidad, tienes que aprender a jugar con ellos al igual que ellos juegan contigo, es un proceso que lleva su tiempo pero cuando te acostumbras a lidiar con los puntos negativos también acabas encontrando aspectos positivos, si eres capaz de deshumanizar tu personalidad, ser solitario, no puedes confiar en los demás y aprendes a jugar con la hipocresía puedes conseguir grandes cosas, al final, tu eres la persona que ellos buscan, si aprietas las clavijas te darán todo lo que pidas si es que en verdad están interesados en ti, si sabes jugar tus cartas puedes lograr lo que quieres, pero a la larga en mi caso creo que vivir en un mundo impersonal y emocionalmente decadente no es para mi, pero no por ello deja de ser un mundo interesante si aprendes a moverte como un depredador, eres dominador, exigente, inconformista y fuerte puedes jugar tus cartas con inteligencia y aprovecharte de los muchos veneficios que tiene ese mundo, todas las vidas y todas las circunstancias requieren unos sacrificios para conseguir ciertos veneficios, hay que valorar las prioridades de tu vida, lo material o lo inmaterial. Por suerte tuve la capacidad de en mayor o menor medida decidir donde quería estar, si quedarme con mi vida normal y pasar desapercibido o dejarme llevar por el tren de quizás una vida mas fácil, con menos dificultades económicas y mas contactos, pero emocionalmente vacía y sin sentido. Como digo y como dije, tuve la posibilidad y la suerte de poder elegir y sin duda os digo que mi vida vulgar es más feliz.

Solo os pido que reflexiones sobre los sueños a los que aspiráis, ser una persona conocida no es tan maravilloso o idílico, no todos estamos emocionalmente preparados y al final quien mas quien menos acaba añorando una vida normal, las pequeñas cosas que convierten a la vida cotidiana en un fenómeno extraordinario, no olvidéis que cada día de nuestra vida puede ser inolvidable simplemente hay que esforzarse en llenar de felicidad cada momento y no olvidar que detrás de una vida idílica ante las cámaras puede haber un mundo de pesadilla.

No dejéis que vuestros sueños rompan vuestra felicidad.



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