Fantasmas de la haya

FANTASMAS DE LA HAYA
Escrito por Jorge Morelli. (@jorgemorelli1).

Si el fallo de La Haya fuera favorable al Perú en cualquier medida, mayor o menor, el paso siguiente será que Chile –nuevo gobierno de Bachelet de por medio- deba cumplir el compromiso de respetarlo que hiciera el gobierno de Piñera a nombre del Estado chileno. Lo que al Perú le toca será recoger con tranquilidad y sin aspavientos el respaldo de la comunidad internacional, que no le dará la espalda en la medida en que se trata del fallo de un tribunal al que ambas parte se sometieron voluntariamente.

La verdadera victoria es persuadir a Chile –a sus sectores más conservadores especialmente- de la conveniencia mutua de ejecutar el fallo escrupulosamente. Chile debe dar ese paso sin temor como una inversión en un futuro de común con el Perú en el tablero de la economía global del siglo XXI. Así ocurrió con el Acuerdo de Paz que Alberto Fujimori firmó con Ecuador en Brasilia en 1998, cuyo 15° aniversario celebraremos con los ecuatorianos, como cada año hasta hoy, el próximo 26 de octubre.

Para crear esa clase de alianza estratégica con los chilenos, necesitamos rodear el cumplimiento del fallo de La Haya de garantes y veedores de buena fe de la comunidad internacional. Entre ellos, desde luego, las potencias globales en primer lugar: Estados Unidos, la Unión Europea, y los dos gigantes asiáticos de China y Japón. Todos ellos -los asiáticos especialmente- estan interesados en invertir en esta región en condiciones de seguridad y estabilidad. Esos son nuestros aliados y los de Chile, en el escenario que ha dado en llamarse post La Haya.

No hay que dejarse llevar, en cambio, por los fantasmas del pasado. Hay agoreros que atizan falsos temores por lo que pusiera pasar si Venezuela o Argentina no nos dan su apoyo en ese escenario. El natural cuidado en no ofenderlos llega en algunos a extremos humillantes. El papel que puedan tener en el Bolivia o Ecuador –vecinos y hermanos- es mucho más significativo, y sin embargo secundario. El que pueda caberle a Venezuela o a la Argentina es, en cambio, virtualmente irrelevante dada la mellada legitimidad de ambos gobiernos ante la comunidad internacional.

Los temores de viejas alianzas en contra nuestra están atrás. Esos fantasmas no interferirán en la política interna o externa del Perú de hoy. Lo que pueda decir o hacer el gobierno de Nicolás Maduro especialmente no puede y no va a dañar los intereses comunes del Perú y de Chile. El presidente Humala debe dejar de lado todo temor al respecto. En este tema, no importa lo que ese gobierno haga o diga, el pueblo peruano estaría incondicionalmente de su lado si lo necesitara.