Revista Literatura

Fausto, Goethe

Publicado el 23 septiembre 2011 por Olgasalar
Fausto, Goethe
Fausto, GoetheHan transcurrido doscientos sesenta años desde el nacimiento de J. W. von Goethe (1749-1832), y su Fausto sigue siendo un clásico, pues plantea el problema de los límites y el sentido de la acción humana a través de la parábola del pacto con el diablo: ¿merece la pena el pacto?, ¿qué lo justifica?, ¿es el diablo una realidad separada del hombre o es nuestro otro yo?
Un clásico imprescindible de la Literatura alemana que sigue despertando el interés del lector contemporáneo.
Fausto, GoetheDescubrí a Fausto en mi primer año de universidad, en una asignatura que se llamaba Teoría de la literatura I y que impartía uno de los mejores profesores que he tenido en mi vida. Desde el primer momento, me cautivó, no solo por su forma externa, sino por todo lo que implica la obra. Permitidme pues, que en esta reseña, me explaye más de la cuenta en el significado de los personajes y sus conflictos. Fausto es un personaje histórico que ha ido trasmutándose. Era un charlatán, alguien formado en conocimientos como la ciencia, la astrología y elementos mágicos como la linterna mágica. Este personaje real, da lugar a un primitivo Fausto. Las historias sobre Fausto son abundantes a lo largo de la literatura, adaptándose también al cine.La novela, tiene un comienzo asombroso, El señor y Mefistófeles (de mephiz, corruptor, y tophel, mentiroso), sobra ya que explique a quién representa, apuestan en el cielo que todos los humanos son corrompibles, El señor protesta y dice que Fausto, es un hombre estudioso y que es imposible que lo tienten, con la apuesta hecha, Mefistófeles se dirige a la tierra dispuesto a demostrar que no hay nadie que pueda resistir a la tentación.
"Mefistófeles. - ¡Cuánta palabrería! ¿Por qué te has de exaltar de este modo? Basta un pedazo de papel cualquiera con tal que lo escribas con una gota de sangre.Fausto. - Si así lo quieres...Mefistófeles. - Es la sangre un jugo muy particular.Fausto. - Vamos; no temas que falte a este pacto; son mis esfuerzos, mis energías lo que precisamente te ofrezco; me he engreído tanto, que sólo puedo pertenecer ya a tu clase"
En primer lugar Fausto no tiene un ansia de poder ni de placeres, no es además un hombre de acción como podría serlo cualquier héroe épico o trágico, Fausto es un hombre de pensamiento y su ansia es el saber, persigue desentrañar los secretos del universo.Fausto, GoetheFausto está hastiado de la vida y en ese momento aparece Mefistófeles, que introduce un veneno que es la tentación, una oferta de vida desconocida para el sabio. La apuesta de Mefistófeles es seducirlo a fuerza de goces, Fausto incrédulo acepta la tentación de la vida que le propone Mefistófeles y esto es lo que produce la primera transformación del personaje.Se entrega al mundo de los sentidos, de los placeres; acepta convertirse en un hombre de acción. Entonces aparece la segunda transformación, Fausto se entrega a los placeres, pero sufre la transformación que le produce el amor. El amor que despierta Margarita y que pese a todo no evitará el final trágico de la joven.Nota: Sé que Fausto no es precisamente una obra fácil, está escrita en verso y su segunda parte es brutal y difícil de entender, pero aún así es una obra imprescindible puesto que con Fausto se inaugura el concepto del hombre moderno. La tentación moderna es llevar al hombre a la acción. Básicamente lo que expone Goethe. Pero independientemente de todo lo que os he contado, es una obra que marca un antes y un después en el lector, es imposible que os deje indiferentes, del mismo modo, dejará una huella en nuestra vida lectora para siempre.


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