Feas…

Me refiero a esas palabras antiestéticas cuya sola pronunciación producen rechazo, o el efecto sinestésico de un mal olor o una mala imagen.  Doña Ana María Matute, al ser preguntada por su palabra favorita, quiso mencionar preferentemente la más aborrecida -por ella- del español. Se refirió al término Sobaco (decía que apestaba simplemente al pronunciarse…), como un ejemplo a exterminar de la Academia, en favor de su sinónima y elegante Axila. ¡Estoy de acuerdo con ella!

Veamos otros ejemplos que una servidora borraría del Diccionario y del lenguaje común:

-Cacho: Existiendo Pedazo o Trozo, este sustantivo me resulta chabacano y violento. Me chirrían los oídos cuando lo escucho.

-Entraña/s: Lo detesto y jamás lo pronuncio. Tampoco Entrañable. Prefiero, simplemente, el Interior…

-Rancio: Discúlpenme algunos amigos… pero me huele a caduco, a falto de ventilación. Prefiero su antónimo Fresco. Que igual tampoco es tan antónimo…

-Cachondeo: Mi madre me prohibía, de niña, utilizar esta palabra (entre otras), por simple molestia auditiva… Yo lo heredé y corrijo a la siguiente generación en pro de Burla, Guasa, Broma, Diversión…

-Follar: Sí, ya sé que a veces esto tiene poca sustitución y hablo de sustantivos, no de actos… (porque Joder no es más bonito y Fornicar es muy cursi…), pero salvo que se escuche en la más estricta intimidad,  suena fatal. Aunque el sentimiento de la frase sea en lo último que piense quien lo pronuncia, digamos “Hacer el amor“. Total: París bien vale una misa…

Si sabes de alguna palabra española que te produzca asqueo o rechazo y tenga algún sinónimo mejorable, compártela. Nada de “canicismos” o vulgarismos. De ésos ya hablamos en entradas anteriores…