Sé ahora cuanto te dolieron mis deseos de libertad.
Escuché consejos que me indujeron a la independencia y creí, un día,
que la desvinculación tenía por base romper con todas las fuerzas que me estructuraron la existencia.
Y porque nadie me quiso tanto como tú me quieres,
concentré en ti mis impulsos de agresividad inconsciente.
Me oíste en silencio y, mientras mis frases te afligían,
rogabas a Dios que me protegiera, frente a los nuevos caminos
mientras yo crecía haciendome mujer.
Me olvidé de que era necesario amarme casi hasta la locura para soportarme por tanto tiempo."El Mundo por donde caminé, me enseñó a percibir cuanto me amas". Feliz día para ti madre mía y para todas las madres del mundo.
