Feliz todo viejo

Como a Pablo Neruda, la música de Belle and Sebastian me hace llorar a gritos, me compadezco del rubor de Mary Jo, sería muy capaz de amar a The Boy with the Arab Strap, quisiera que fuera él quien se hiciera un ovillo en mi cama, los vaqueros sucios, el cabello nudoso sobre la almohada que mamá lavó y planchó para mí, yo lo protegería como a un pájaro herido, mantendría en secreto nuestro amor y ni Mateo ni ninguno de los otros me importarían nada, pasaríamos la noche hablando bajito y escuchando música, decidiríamos no salir porque se está mejor en casa sin tener que exhibirnos delante de nadie, hartos de esa competición de blandas rivalidades, le confesaría mi contraseña de Windows y dejaría que explorara en todas mis carpetas con la esperanza de que encontrarse las fotos que me hice como si yo no fuera una señorita distinguida e intelectual sino apenas una cerda de las que van provocando a chicos y viejos en internet.Las tortuguitas no entienden nada de este soliloquio, desisten y se esconden dentro de su concha, la exploración sólo sirvió para constatar que el tiempo gotea, construyo una identidad terrible que se convertirá en pegajosa membrana al cumplir treinta años, quién se apiadará de una criatura tan tenazmente decidida a hacerse mierda.Ni siquiera ha amanecido y ya caigo rendida sobre el teclado. Me despido del chico de Toulousse, desconecto al resto de usuarios, me pongo un pijama de niñá buena y duermo con el temor de que mis padres no regresarán hasta el domingo, me asusta pensar qué cosas me atreveré a hacer conmigo, la única persona a la que puedo amar y apretar y putear de veras.Tortuguitas, debería lanzaros por la ventana para exorcizar el miedo, vosotras tenéis una armadura que os protege pero yo soy blanda y débil, mis huesos se rompen con facilidad, sangro, no resisto, tortuguitas.
Búsqueda.doc. Ensimismada correspondecia, Pablo Gutiérrez.