Es posible que muchos llegasen a leer a Pessoa por otros motivos pero yo, no lo niego, lo hice gracias a las letras de Yosi de Los Suaves. Sus continuas referencias a los sueños, a la tristeza y una forma de entender la vida similar a la mía me hizo recorrer el camino inverso. Si la poesía del lisboeta me enamoró hace años, su prosa me parece tan certera que considero este libro como una guía para enfrentarse a lo que la vida nos va poniendo en el camino.
Pessoa fue escribiendo estos textos con la intención de publicarlos pero siempre como pensamientos cazados al vuelo y puestos sobre un papel. Por eso resulta su prosa tan exacta, tan realista y tan emotiva, porque son apuntes que deberían haber sido revisados y que, afortunadamente, nunca se revisaron. Notas de la realidad en bruto, bosquejos de pesimismo o como los queramos denominar, estos párrafos son clavos que nos hacen pensar.
Es más, considero este libro como un ejemplar de autoayuda que se adelantó a su tiempo. Alguno pensará que si estás deprimido habría que huir del autor pero creo que sentirse entendido y compartir tus ideas con alguien te reconforta más que una obra en la que se te obliga a sonreír aunque no tengas motivos para ello. Las continuas referencias a los sueños, su opinión sobre la vida laboral, su crítica a la hipocresía y el estudio detallado de los sentimientos convierten a esta obra en una obligada y complicada lectura para muchos y en un tostón para la mayoría que prefiere los productos prefabricados a la literatura de verdad. Sólo para valientes.