Fetichismo (primera parte)

Publicado el 21 agosto 2019 por Aidadelpozo

Alejo se arrodilló ante Paula, desabrochó el corchete del ligero, tomó su pierna derecha con delicadeza, deslizó su media hasta quitársela por completo y dejó su pie desnudo. Durante unos segundos lo acarició con suavidad, parando únicamente para observar las reacciones de Paula.
Ella estaba sentada en la cama, miraba a Alejo y lo que hacía sin apenas pestañear.
Paula había acudido a la cita organizada por su amiga Andrea, movida por la insistencia de esta y con el convencimiento de que lo que la esperaba era un nuevo fracaso.
Tras su divorcio, su vida sentimental no brillaba por los aciertos y la sexual, tampoco.
Para su sorpresa, aquella cita no se había convertido en otra más de sus meteduras de pata.
Alejo era compañero de trabajo de Andrea y hacía un año que se había divorciado. Aquel fue su primer tema de conversación durante la cena. Inevitable. El buen vino fue el siguiente de los otros muchos que surgieron durante la velada y el fetichismo fue el último. Ahora estaban en casa de Paula. Horas antes habían cenado en un restaurante en el centro de Madrid.
-La primera vez que descubrí mi adoración sexual por los pies, supe que durante muchos años me había perdido algo grande. He tenido orgasmos disfrutando de pies hermosos. La palabra "hermoso" suena cursi, pero no puedo describir de otro modo los pies que han causado ese efecto en mí.
-Me suena tan raro escuchar que alguien puede tener un.. un orgasmo tocando unos pies...
-Acariciándolos, lamiéndolos, besándondolos...
-Ya veo... Esto... Mi marido no podía ni tocarlos. Ni siquiera aguantaba que le rozara con ellos mientras dormíamos. Arrimarlos para que me los calentase en invierno con los suyos, impensable.
-Creo que hemos bebido más vino del permitido en una primera cita. Hablar de la expareja es casi inevitable; trabajo, permitido; motivos de una ruptura sentimental, tiene un pase, pero de pies... Me disculpo. Sin duda ha sido efecto del vino. -Alejo sonrió.
-Hace tiempo que dejé de considerar algunos temas tabúes en una primera cita. No ha sido el vino. No me mates censurando una conversación que iba tan bien con una excusa tan manida. -Paula bebió un sorbo de vino y miró a los ojos a Alejo-. Me gusta que me toquen los pies...
(Continuará).