En algunos me quedaría un rato más a ver si consigo descifrar porqué con los ojos abiertos, te seguí y porqué ahora, vacía de ellos y con los ojos cerrados, te sigo viendo.
Cuando todo abruma, no sabes en qué fijarte. Se hace complicado saber en qué punto detener la mirada para congelar ese recuerdo y hacerlo válido de por vida.
Tampoco ayuda la abundancia de escenarios ficticios. Por más que lo intento me quedo a mitad de lo que realmente fue y lo que debió ser o más bien, quise que fuera.
Lamento no haber puesto más atención cuando recitabas, pero es que oírte respirarle a mi oído ... rompía mi cordura, aumentaba mi locura y me hacía "caminar descalza" .
me has cantado.