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Fidel, me estafaste con las vacas

Publicado el 18 abril 2013 por Yusnaby Pérez @yusnaby

vaca

El tema que les ilustro hoy es producto de una de las más viejas y retrógradas prohibiciones del gobierno comunista de Cuba: “la carne de res”; por eso me fui esta mañana a casa de unos campesinos en Pinar del Río para averiguar de “primera mano” todos los detalles relacionados con la carne de vaca, la matanza del ganado, el preparado de la carne, su distribución, y también su robo, tráfico y venta ilícita.

Comencemos haciendo un poco de historia. Les transcribo un fragmento del discurso de Fidel Castro en la clausura de la Plenaria Nacional de la ANAP en el teatro “Chaplin” el 17 de mayo de 1962:

“…a nuestro país le afectaría mucho que su base ganadera fuese sacrificada, que la producción grande que puede tener en el futuro de carne de res, fuese sacrificada. Naturalmente, con los recursos monetarios con que hoy cuenta el pueblo, si no se reglamentara bien la matanza del ganado vacuno, el resultado sería que nadie controlaría la matanza, que se matarían… (…) ¿Cómo podría garantizar la Revolución el abastecimiento de carne en las ciudades? Es lógico que esto se regimente bien. (…) Es lógico que cuidemos la carne de res. (…) Por eso sí no afecta que el campesino sacrifique el cerdo para él y para sus vecinos, que sacrifique o venda los pollos, los guanajos, todos esos artículos, sí afectaría mucho la matanza libre de carne de res. Claro que tendríamos carne algunos años sin problemas, pero estaríamos sacrificando el porvenir, estaríamos sacrificando el futuro. (…) Sacrificando todo el ganado lo lamentaremos mucho en el futuro. Entonces mañana tendríamos que llorar nuestra imprevisión, nuestra irresponsabilidad (…) Y por eso no queda más remedio que mantener una regimentación rígida, porque hay que salvar nuestra riqueza ganadera para que en el futuro podamos producir el doble, el triple de carne.

Ya en el futuro no habrá esos problemas. Habrá tal abundancia de todos esos productos, que no habrá esa urgencia que hay ahora con la carne (…) por eso el producto que fundamentalmente se reglamenta es la matanza, y tiene que haber rígidas normas para evitar la destrucción de una riqueza que es fundamental para nuestro país, es el ganado vacuno.

Pero si nosotros le dijéramos a los campesinos: “SÍ, maten”, estaríamos cometiendo un crimen contra la economía de nuestro país, estaríamos haciendo una cosa mala. Ese es el por qué hay que evitar, no se puede permitir la matanza libre de carne de res.

Precisamente para que el día de mañana, él pueda comer no solo carne de res, sino pueda comer pescado, pueda comer de todo lo que quiera comer; es para garantizar el futuro. (…)

Y cuando el gobierno toma esas medidas lo hace consciente de su responsabilidad, de sus obligaciones con el pueblo y de su deber para con el futuro de la patria, que aspira a que sea un futuro de abundancia, un futuro de progreso para todo el pueblo. “

Luego de leer tal discurso pronunciado por el “Comandante” hace más de medio siglo a cualquiera le entrarían ganas de gritarle: ¡Fidel! ¡Me estafaste!

Diez años después en 1972, al ver que a pesar de tanta prohibición el número de ganado vacuno no aumentaba; sino que disminuía; Fidel “inventó” la Ubre Blanca. La Ubre Blanca era un cruce entre dos especies y con el que, según la propaganda comunista de ese entonces, se solucionaría el problema de la alimentación porque produciría hasta 24.268 litros de leche en 305 días. Esto fue pronunciado en incontables discursos de Castro. En 1985 la Ubre Blanca fue sacrificada, junto con la esperanza del gobierno cubano de “producir por arte de magia”.

A principios de la década del 90 cuando se desplomó el campo socialista y la URSS retiró de Cuba todas las ayudas y gratuidades, el gobierno de Fidel Castro se encontró con una isla improductiva, incapaz de desarrollar la industria en un corto período. Al verse sin dinero, sin comida, sin financiación, credibilidad ni ayuda internacional; decidieron agravar la prohibición del ganado vacuno, sancionando hasta con 30 años de privación de libertad la matanza de uno sólo de estos animales.

Cuba tenía 10 millones de cabezas de ganado en 1980, hoy en día sólo quedan menos de la mitad de esa cifra.

En los supermercados cubanos (todos son estatales) venden esta carne, y los precios oscilan alrededor de USD 17.- el Kg. Por supuesto, el precio de 1Kg de esta carne supera el salario de cualquier obrero cubano en un mes; por eso solamente extranjeros residentes en Cuba se pueden dar el lujo de comprar la carne de vaca de forma legal.

Los cubanos nos vemos “obligados” de acudir al mercado negro como alternativa para consumir este producto. Todo comienza en el criadero. Los ganaderos se auto-roban las vacas; o sea, las sacan de sus tierras y luego llaman a la policía para que hagan el reporte del robo y así “limpiarse las manos” con el gobierno. Una vez robada la vaca se llevan a túneles por la zona. (Recuerden que Cuba entera está llena de refugios militares los cuales han sido abandonados por las fuerzas armadas). Allí se mata, se descuartiza, se sacan los huesos y se corta en “pedazos” fáciles de transportar y vender. Como podrán suponer, en tales condiciones estas matanzas no cumplen con medidas de sanidad. Luego, estas carnes se transportan a La Habana por carretera; en camiones o carros, siempre ocultando la misma para que no sea detectada por la policía, por ejemplo debajo del asiento trasero de los carros.

Una vez que la carne de vaca llega a las manos del intermediario en La Habana, este la distribuye a las paladares, cafeterías, otros pequeños distribuidores, revendedores, familias…. Llegando a costar a precio de intermediario hasta USD 2.- por filete.

Hoy, sólo los que tienen un poder adquisitivo alto (familia en el extranjero) pueden adquirir este alimento de la forma ilícita, porque de forma legal nadie puede.

Ha pasado mucho tiempo desde aquel discurso demagogo de Fidel donde prometía abundancia en el futuro. La abundancia sin producir no existe, la abundancia no es compatible con las prohibiciones al enriquecimiento popular. Me gustaría dedicarle unas palabras: “-Fidel, nos has estafado, engañado y manipulado. Muchos creyeron en tus palabras y hoy vivimos en la miseria de la escasez y la insolvencia. ¿Dónde está ese futuro abundante que prometiste? Tus mentiras le han causado mucha hambre al pueblo cubano-“

Ahora me recuerdo cuando estaba en la escuela al campo que unos campesinos asaltaron mi campamento para robarse una vaca: No entendía por qué. ¡Qué miedo pasé! Pero eso se los contaré otro día.


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