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Fiesta de fin de año en Sydney

Publicado el 20 enero 2010 por Vagabond
Fiesta de fin de año en Sydney
En el último post hablé de Gold Coast, relaté una noche en un local australiano en el centro de Surfers Paradise donde conocimos a algunos jóvenes locales. Algunos de ellos beben mucho y nos cuentan cómo viven en los campos del interior, puede verse que son chicos de provincia. Los chicos buscan nuestro consejo y ayuda para conquistar a las chicas. En fin, una noche diferente y divertida.
Al día siguiente los tres chicos italianos parten hacia Sidney y me invitan a pasar el último día del año en la ciudad, cercano al mar. Para motivarme me aseguran que será una noche muy bella.
Encuentro el vuelo a precio reducido y parto hacia Sidney la mañana del 31 de diciembre del 2004. Una vez que he llegado los chicos me proponen encontrarnos en la zona del "Opera House". El taxista me confirma que por la “ocasión especial” (obviamente, no mi viaje sino la fiesta de fin de año) han cerrado toda la zona sobre el mar de la ciudad y por ende solo es posible llegar al puerto caminando.
El taxi me deja a cierta distancia del primer check point. Efectivamente, una zona bastante grande de la ciudad está cerrada al tráfico así que para llegar a los festejos no queda otra opción que caminar, por algunos kilómetros, pasando al menos tres check point de seguridad dónde controlan las mochilas para evitar que alguien introduzca objetos peligrosos. Yo vengo directamente del aeropuerto y tengo todo lo imprescindible para pasar algunos días en mi mochila: el dentífrico, prendas de cambio, el gel de baño… En el primer check point me miran y sólo me preguntan si tengo que algo declarar. Digo que no. ¡Que control inútil!, pienso para mis adentros. En el segundo punto me piden que abra la mochila, miran dentro sin extraer nada y me permiten pasar. En el tercero me piden que saque absolutamente todo de la mochila, lo revisan detenidamente y el policía se muestra inquieto ante el gel de baño, me pregunta qué es. En una suerte de lapsus freudiano olvido el nombre en inglés “shower soap” y le espeto “shampoo”, inmediatamente el policía mira mi cabeza rapada y me pregunta incrédulo: ¿para qué te sirve? Por fortuna me salva una chica australiana que venía en un grupo detrás y esperaba su turno para el control riendo y diciendo en voz alta: “No te preocupes, síguenos a nosotras, así si necesitamos champú de emergencia ya sabremos donde encontrarlo”. Superados los controles.
Fiesta de fin de año en SydneyFiesta de fin de año en Sydney
Así, logro llegar donde los amigos italianos, que ya han ordenado una botella de Cava para la ocasión y me esperaron en una terraza bar sobre el mar, algo alejada del Opera House. Poco a poco muchas personas van llenando el espacio. Días después me entero que alrededor de dos millones y medio de personas celebraron el fino año en esa zona peatonal cerrada sobre el mar.
Se escuchan los más diversos tipos de música: blues, jazz, sonidos latinos y por supuesto, el omnipresente pop. Entre las melodías corren ríos de el champán, amablemente ofrecidos por el ayuntamiento de Sidney, al módico precio de 5 dólares AUS, unos 2,5 euros, a vaso.
A la medianoche nos hallábamos frente al Harbour Bridge, donde se disparan los fuegos artificiales más bellos y mejor organizados de Australia. Este año la fiesta se detiene durante un minuto de silencio para recordar las víctimas del tsunami que ha golpeado el país asiático. Después inician los fuegos artificiales que son verdaderamente una maravilla. Una coreografía bien programada desarrolla fuegos de todo tipo, son cataratas de chispas sobre el mar mientras un velero iluminado tipo árbol de Navidad, va y viene en la bahía.
Frente a nosotros un grupo de chicos holandeses, claramente homosexuales, nos sienten hablar y reconocen que somos italianos. Inician a divagar sobre la fama del italiano Don Juan que en todos los sitios se lanzan al abordaje de las mujeres locales. Uno de ellos cree que el hombre italiano se siente oprimido sexualmente por lo cual necesita comprarse coches deportivos cada vez más veloces encontrando así en la velocidad la satisfacción que no logra encontrar en una sana vida sexual. Se ve que no ha estado nunca en Italia, al menos no últimamente. Traduzco estas ideas para mis amigos sardos y les dejo imaginar cuales fueron sus comentarios, por suerte los holandeses no dieron señales de haber entendido. En fin, el mundo de los estereotipos y los lugares comunes...
Fiesta de fin de año en SydneyFiesta de fin de año en Sydney
La medianoche ya ha pasado desde hace tiempo, son alrededor de las tres de la mañana y la gente empieza a encaminarse fuera de los cercos. Muchos ingleses y australianos están completamente borrachos. Las chicas caminan descalzas y se suben sobre los furgones de los bomberos. Algunos improvisan un destape itinerante cantando y bailando.
De vez en cuando los agentes de la seguridad paran a alguien que además del codo ha levantado la mano sobre otras personas, escenas normales de estos días, me dicen. Nos encaminamos hacia la estación del metro que nos llevará al hotel. Llegamos a hotel y ya es casi de día. A las pocas horas el despertar. Después del mediodía salimos fuera de la ciudad a comer y me acompañan al aeropuerto, es hora de regresar.
Fiesta de fin de año en Sydney
Vuelvo a Gold Coast. En mi piso. La vida pasa normal, los días en la playa, haciendo jogging sobre el mar. El día del regreso llega más pronto de lo que desearía. La tarde antes de la salida decido cenar, como el primer día, en el balcón con vista al mar. Por la ocasión compro una buena botella de vino australiano, que no es nada malo.
En el regreso debo pasar una noche en Tokio y después de dos días llego a Milán, frío y una niebla espesa me esperan. Por suerte también me espera como siempre mi amigo Emilio. Desafiando la niebla ha venido a recogerme, sobre la calle de vuelta le voy contando mi aventura australiana, ya con poca nostalgia.... y con un deseo en el corazón de volver cuanto antes para ver todo aquello que me faltó por apreciar.
En lo próximo post hablaré de la inmigración australiana, leyes particulares, visados y oportunidad de trabajo en el moderado "downunder"...
P.S.Un también les saludo a Daniele,Sandro y a Michele. Los amigos conocidos en Australia. Gracias luego de tenerme también invitado más veces en sus bonitos países, el sur de Cerdeña, Chia, Iglesias, Cáller y la bonita ciudad de Turín.
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