Ya es lunes, después de estar 8 horas seguidas fuera, vuelvo a lo que ya empieza a ser nuestra casa y es que el pasado sábado vino nuestra ayi (señora de la limpieza) a echarnos una mano y dejar el apartamento más lucido, porque como ya os he contado los anteriores inquilinos no eran limpios que digamos.Con la ayi ha sido toda una experiencia, una señora china, diminuta y delgadísima y muy educada que chapurreaba unas pocas (muy pocas) palabras en inglés.. de modo que nos hemos comunicado con mímica y señales y ha ido bastante bien. Nada más llegar preguntó si era necesario que se quitara los zapatos, ya que es costumbre china dejarlos en la puerta, en principio dijimos que no, pero ya que contamos con el mueble destinado al efecto, vamos a adoptar esta costumbre… (aviso a navegantes…)Lo primero que nos pusimos a limpiar fue el baño, la mampara del baño principal estaba opaca de toda la cal que tenía, así que ella me preguntaba qué producto usar y qué tipo de balleta, no porque no lo supiese, sino por hacerlo “a mi modo”. Nuestra ayi alucinó conmigo, porque yo me puse también a limpiar con ella, y ella horrorizada me decía que no era necesario que ella lo hacía todo, pero a su ritmo no acabaríamos nunca, ya que hasta que yo no me quedaba satisfecha con el nivel de limpieza no dejaba que hiciese otra cosa. Después de 4 horas y de enseñarle alguna cosa básica, como limpiar la puerta del horno para que no queden marcas, creo que las dos nos llevaremos bien, ella porque sabe que soy una ama de casa proactiva (jejeje) y yo porque le ví algún detalle de pulcritud que me satisfizo lo suficiente como para seguir contando con ella, además de que no es caro contar con una ayi (30 RMB/hora = menos de 4 euros)La tarde del sábado la dediqué, por fin, a descansar, es decir, a no tener que salir de casa para nada, y a estudiar chino y es que, con tanto ajetreo, no me da mucho tiempo, y al chino hay que dedicarle muchas horas todos los días, si no, no avanzas y no quiero seguir siendo la última de la clase…El domingo fue más movidito, ya que una pareja española Blanca y Toni, organizaban un almuerzo en su casa, concretamente una competición de paellas: Amelia, una amiga valenciana y Toni harían, cada uno, una paella y los demás seríamos el jurado. La casa de Blanca y Toni, está genial, viven en un piso 25 (yo vivo en un 11) y tienen vistas del río, del centro financiero y, los días claros, (yo en el tiempo que llevo aquí todavía no he disfrutado de ninguno) del “Bund”, que está al otro lado del río. Es un apartamento enorme, de 280 metros, sin embargo la cocina es pequeña en proporción, pero parece ser la regla general de las casas de Shanghai, porque casi todas las que hemos visitado son así, de cocina pequeña y sin horno (en lugar de horno cuentan con una especie de lavavajillas en seco para desinfectar los platos, que, por cierto, todos los que ví, en mi periplo buscando casa, estaban sucísimos)Así que fue un domingo estupendo, ya que disfrutamos de compañía española, de comida española (esto fue maravilloso y delicioso) y me regalaron algunos consejos de dónde comprar. También me confirmaron algo que yo he notado desde que estoy aquí, y es lo cansada que estoy siempre. Una de ellas me comentaba, que les pasa lo mismo, que ella piensa que es por la contaminación. Yo creo que es una mezcla de muchas cosas: la contaminación, el ritmo frenético de la ciudad, las grandes distancias para ir a cualquier sitio, las miles de personas que te encuentras en la calle, en el metro o en las tiendas… y, sobre todo, que es todo tan nuevo para mí, y tengo tantos estímulos que me siento abrumada y, lo reconozco, a veces, colapsada (esta aventura china de Carlos y Tesa no está siendo fácil….) (ahora suena en mi cabeza la canción de Beyoncé. Don´t give up…)Con la anécdota vuelvo a laayiy es que, ya os conté mi problema con la lavadora, ponerla la pongo, lavar lava, pero me gustaría aprender los programas para saber cuál usar en cada momento (aunque siempre en frío, ay! mamá con lo que te gusta a ti lavar a 90 grados!!!) y le pedí a la ayi que me enseñase y no es que hubiese un problema de comunicación, es que ella ni siquiera supo ponerla, la puse yo!!!
Ya es lunes, después de estar 8 horas seguidas fuera, vuelvo a lo que ya empieza a ser nuestra casa y es que el pasado sábado vino nuestra ayi (señora de la limpieza) a echarnos una mano y dejar el apartamento más lucido, porque como ya os he contado los anteriores inquilinos no eran limpios que digamos.Con la ayi ha sido toda una experiencia, una señora china, diminuta y delgadísima y muy educada que chapurreaba unas pocas (muy pocas) palabras en inglés.. de modo que nos hemos comunicado con mímica y señales y ha ido bastante bien. Nada más llegar preguntó si era necesario que se quitara los zapatos, ya que es costumbre china dejarlos en la puerta, en principio dijimos que no, pero ya que contamos con el mueble destinado al efecto, vamos a adoptar esta costumbre… (aviso a navegantes…)Lo primero que nos pusimos a limpiar fue el baño, la mampara del baño principal estaba opaca de toda la cal que tenía, así que ella me preguntaba qué producto usar y qué tipo de balleta, no porque no lo supiese, sino por hacerlo “a mi modo”. Nuestra ayi alucinó conmigo, porque yo me puse también a limpiar con ella, y ella horrorizada me decía que no era necesario que ella lo hacía todo, pero a su ritmo no acabaríamos nunca, ya que hasta que yo no me quedaba satisfecha con el nivel de limpieza no dejaba que hiciese otra cosa. Después de 4 horas y de enseñarle alguna cosa básica, como limpiar la puerta del horno para que no queden marcas, creo que las dos nos llevaremos bien, ella porque sabe que soy una ama de casa proactiva (jejeje) y yo porque le ví algún detalle de pulcritud que me satisfizo lo suficiente como para seguir contando con ella, además de que no es caro contar con una ayi (30 RMB/hora = menos de 4 euros)La tarde del sábado la dediqué, por fin, a descansar, es decir, a no tener que salir de casa para nada, y a estudiar chino y es que, con tanto ajetreo, no me da mucho tiempo, y al chino hay que dedicarle muchas horas todos los días, si no, no avanzas y no quiero seguir siendo la última de la clase…El domingo fue más movidito, ya que una pareja española Blanca y Toni, organizaban un almuerzo en su casa, concretamente una competición de paellas: Amelia, una amiga valenciana y Toni harían, cada uno, una paella y los demás seríamos el jurado. La casa de Blanca y Toni, está genial, viven en un piso 25 (yo vivo en un 11) y tienen vistas del río, del centro financiero y, los días claros, (yo en el tiempo que llevo aquí todavía no he disfrutado de ninguno) del “Bund”, que está al otro lado del río. Es un apartamento enorme, de 280 metros, sin embargo la cocina es pequeña en proporción, pero parece ser la regla general de las casas de Shanghai, porque casi todas las que hemos visitado son así, de cocina pequeña y sin horno (en lugar de horno cuentan con una especie de lavavajillas en seco para desinfectar los platos, que, por cierto, todos los que ví, en mi periplo buscando casa, estaban sucísimos)Así que fue un domingo estupendo, ya que disfrutamos de compañía española, de comida española (esto fue maravilloso y delicioso) y me regalaron algunos consejos de dónde comprar. También me confirmaron algo que yo he notado desde que estoy aquí, y es lo cansada que estoy siempre. Una de ellas me comentaba, que les pasa lo mismo, que ella piensa que es por la contaminación. Yo creo que es una mezcla de muchas cosas: la contaminación, el ritmo frenético de la ciudad, las grandes distancias para ir a cualquier sitio, las miles de personas que te encuentras en la calle, en el metro o en las tiendas… y, sobre todo, que es todo tan nuevo para mí, y tengo tantos estímulos que me siento abrumada y, lo reconozco, a veces, colapsada (esta aventura china de Carlos y Tesa no está siendo fácil….) (ahora suena en mi cabeza la canción de Beyoncé. Don´t give up…)Con la anécdota vuelvo a laayiy es que, ya os conté mi problema con la lavadora, ponerla la pongo, lavar lava, pero me gustaría aprender los programas para saber cuál usar en cada momento (aunque siempre en frío, ay! mamá con lo que te gusta a ti lavar a 90 grados!!!) y le pedí a la ayi que me enseñase y no es que hubiese un problema de comunicación, es que ella ni siquiera supo ponerla, la puse yo!!!
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