Fin de semana rural en Valencia

En el mes de enero estuvimos visitando FITUR 2012. Hacía ya unos años que no acudía a la feria y aunque disfruté la visita, noté que no había tanto despliegue de medios como en años anteriores. Muy buena la zona de latinoamérica y también algunas provincias españolas, pero poco más. 

La sorpresa vino unas semanas después cuando recibo una llamada del Patronato Provincial de Turismo de la Diputación de Valencia. Resulta que visitando el expositor de la Comunidad Valenciana nos interesamos por algo de información sobre turismo rural en la zona y rellené una papeleta para un sorteo, en el cual resulté ganadora. 
Vanessa me comunicó que había resultado ganadora de un fin de semana rural para dos en la provincia de Valencia. La sorpresa fue mayor cuando me indicó que se trataba de Casa Rural el Castell, en Algimia de Alfara, ya que yo tenía este establecimiento guardado en favoritos desde hacía tiempo con la intención de visitarlo ¡genial entonces!!
El premio era válido desde el mes de marzo hasta diciembre, pero a finales de marzo se nos presentó una ocasión perfecta para viajar así que a última hora del jueves 29 de marzo contactamos con Mª José con la esperanza de que tuviese disponibilidad para nosotros ese fin de semana ¡y hubo suerte! Quedaba una casa libre y eso nos libró de la difícil tarea de tener que elegir entre todas las estancias de las que disponen.
Salimos desde Madrid y llegamos a Torres Torres sobre las cinco de la tarde. Aparcamos el coche frente a la puerta lateral y llamamos a Mª José para indicarle que habíamos llegado. Enseguida llegó para enseñarnos la casa donde pasaríamos el fin de semana y entregarnos las llaves... no podemos sino decir que la realidad superaba con creces a las fotografías que habíamos visto en la web. La casita era espectacular, decorada con excelente gusto y tenía todo lo necesario para pasar un fin de semana increíble. 
La Casa Rural El Castell es un edificio de finales del siglo XVIII con seis casas en su interior, cada una decorada de manera diferente y con capacidad entre dos y cuatro personas. Se localiza en Torres Torres, un municipio de la Comunidad Valenciana muy tranquilo y de apenas 500 habitantes, situado a 20 minutos en coche de Valencia, entre Sagunto, Segorbe y Vall d'Uxó y a unos quince minutos de playas como la de puerto de Sagunto o Canet. 
Nos alojamos en la casa denominada La Pedra, de dos plazas. La puerta de acceso es independiente y se encuentra en un lateral del edificio. Se entra directamente al salón en el que hay un cómodo sofá, un televisor y una estufa de leña, lo mejor de la casa. La cocina se encuentra abierta al salón y está equipadísima con todo lo necesario: microondas, horno, tostadora, cafetera, exprimidor para hacer zumos, lavadora... a continuación un patio acristalado de uso privado con una mesa y sillas para sentarse y después, el dormitorio. La habitación es enorme y tiene un jacuzzi con aromaterapia. Armario para la ropa y una cama comodísima con sábanas de excelente calidad. El baño también se encuentra en esta zona.

Entrada principal y salón

Estufa de leña

Cocina y zona de comedor

Patio interior de uso privado

Vista del salón y comedor

Dormitorio

Hidromasaje en la habitación

La habitación tiene salida al interior del edificio, donde se encuentran los patios comunes de las casas y la zona de piscina, solarium y barbacoa. La piscina es pequeñita y de muy poca profundidad, se trata más bien de un sitio para refrescarse pero está bien, aunque por la temperatura no tuvimos opción de utilizarla.

Entrada a nuestra habitación desde el patio exterior

Vista de la piscina desde el solarium

Barbacoa exterior y vista de la piscina

Piscina

Esa tarde salimos a dar una vuelta por el pueblo y comprar algunas cosas para la cena, aunque en la casa había todo lo necesario para desayunar, incluidas unas naranjas de la zona que estaban buenísimas. Regresamos a la casa, donde preparamos una cena buenísima y disfrutamos de la estufa de leña.
A la mañana siguiente salimos a conocer la zona. Nos acercamos hasta Sagunto y visitamos la oficina de turismo, donde nos facilitaron algo de información y un mapa de la ciudad. Callejeamos un poco y estuvimos visitando el Museo Arqueológico de la ciudad, ubicado en un edificio de dos plantas conocido como La Casa del Mestre Peña.
En planta baja se encuentra la recepción y comienza el recorrido de la historia de Sagunto, desde la época ibérica a la romanización. En el piso superior se exponen piezas del periodo romano, así como útiles estéticos y todo tipo de artilugios de la vida cotidiana y doméstica. La entrada es gratuita y merece la pena visitarlo.

Continuamos nuestro paseo hacia la Ermita de la Sangre, de estilo barroco y la Ermita de los Dolores, aunque no pudimos visitar ninguna de ellas por estar cerradas.

Y de ahí al Castillo y al Teatro Romano. Este último se encuentra de camino al Castillo, en la parte inferior de este. Fue objeto de una controvertida rehabilitación y en la actualidad se encuentra en el estado que se aprecia en las fotografías. 




La subida hasta el castillo la hicimos por la parte trasera del Teatro, intentando acortar un poco el camino por una zona de pinos. El castillo fue declarado Monumento Nacional en 1931 y puede visitarse entre las diez y las seis de la tarde en invierno, hasta las ocho en verano. Desde arriba se contempla la ciudad de Sagunto y es interesante, aunque podría estar mejor conservado teniendo en cuenta su valor histórico. Se divide en siete plazas: la de Almenara, la de Armas, la Conejera, la plaza de San Fernando, la del Dos de Mayo, la Ciudadela y la de Estudiantes.

 

Dejamos atrás el castillo y regresamos hacia las calles del pueblo. En una plaza estaban montando un espectáculo teatral para esa misma tarde y tuvimos la ocasión de ver un rato los ensayos finales, con trajes de época y los personajes totalmente caracterizados.  

Compramos algo para comer y de regreso al coche. Queríamos acercarnos hasta el Puerto de Sagunto para ver la playa y dar un paseo por la zona. Estuvimos por allí, viendo a los pescadores y dando una vuelta por el paseo marítimo. Parada en el Mercadona para hacer unas compras y de regreso a Torres Torres.

Aunque hizo buen día al atardecer comenzó a refrescar, así que apetecía un montón volver a encender la chimenea. No quedaba mucha leña del día anterior así que salimos a dar una vuelta por el pueblo a ver si encontrábamos algo. Dando una vuelta por el pueblo encontramos un campo de naranjas y limones espectaculares, la iglesia del pueblo y unos baños árabes que estaban ya cerrados.Regresamos al oscurecer, hicimos la cena y disfrutamos de la estufa de leña de nuevo ya que un vecino nos regaló unos troncos de leña. 



A la mañana siguiente dejamos la casa sobre las once y nos fuimos a pasar el día a Puerto de Sagunto, ya que queríamos estar un rato en la playa y comer un buen arroz. El tiempo no acompañaba demasiado para bañarse, aunque hacía sol y se estaba bien, el agua estaba todavía demasiado fría y en la orilla del mar soplaba una brisa que nos dejó helados. 
El plan del arroz sí salió adelante y comimos un arroz abanda buenísimo en uno de los restaurantes del paseo marítimo.

De vuelta a Madrid nos paramos en Valencia capital para ver el estadio y poco más, el domingo llegaba a su fin y había que regresar a casa. Fue un fin de semana increíble, que debemos agradecer al Patronato Provincial de Turismo de la Diputación de Valencia y a los propietarios de la Casa Rural El Castell, que por supuesto os recomendamos a todos.