Ya que estaba ahí, aproveché que las molestias eran bien recibidas para indagar sobre un libro de un autor local. Infortunadamente, no estaba disponible en ese momento. Así pues, me puse a ojear entre los libros de reciente adquisición encontrándome con una joya inesperada: Final del Juego de Julio Cortázar.
En lo personal, libros completos de Cortázar, hasta el momento había leído únicamente su icónica Rayuela y, por supuesto, Nicaragua, Tan Violentamente Dulce; no porque no me guste, sino porque casi nunca he tenido la oportunidad de tener sus obra en mis manos. Aparte, alguno que otro cuento o relato. Esta edición de Penguin Random House recopila dieciocho de sus cuentos. Final del Juego es el último de ellos y debo decir que el nombre le cae como anillo al dedo a esta selección de historias tan bien hecha. Cuento tras cuento, Cortázar crea una especie de juego laberintico en el que sumerge al lector a través de su narrativa.
Lo que digo se hace tangible desde el primer cuento, Continuidad de los Parques, que requirió una segunda, y más atenta, lectura en busca del momento en que la historia dio un giro. El escritor nos lleva de un punto A hasta un punto B sin que para nosotros sea perceptible lo que ha ocurrido. No es que haya algún vacio en el desarrollo. Cortázar nos sabe sumergir en momentos que entremezclan lo angustiante que pueden llegar a ser algo tan cotidiano como ponerse un pullover (No Se Culpe a Nadie), hasta situaciones que están entre lo onírico y lo inter-dimensional (La Noche Boca Arriba). Incluso en historias que podrían llamarse “infantiles”, sin que sea mi intención usar la palabra en tono despectivo para referirme a “Los Venenos” y “Después del Almuerzo”, no deja de atraparnos con el ritmo intrigante que le sabe imprimir.
En fin, si les gusta Cortázar, esta es una recopilación de no puedan perder la oportunidad de conseguir.