Creo que en ese sentido escribir es un buen ejercicio que me ayuda a ordenar mi vida, a ser organizada, a soportar la presión, a comprender a la gente... la escritura conlleva muchos beneficios, además de ser una de las mejores terapias del mundo.
El tiempo promedio que me toma una novela es seis meses. Corregirla ya es otro cuento, pues debo dejar que repose, releerla, darla a que la lea mi lector Beta (es un experto y y es voluntario); someterla al escrutinio de las tertulias literarias que tenemos los sábados con mis entrañables y queridos amigos Heberto, Iris, Krina, Cesia y en ocasiones Oscar, en las que debo someterla a todo tipo de análisis y correcciones que me ayudan a seguir aprendiendo, de manera que para mí la escritura más que un oficio es una manera de vivir.
Gracias a ella he podido tener los mejores amigos del mundo, y por la escritura me he visto envuelta en el mundo de Internet, en resumen: cambió mi vida.Así ha sucedido con cada una de mis novelas, excepto con "La búsqueda" porque trató acerca de la vida de una persona, pero aun así, creo que hay partes absolutamente impredecibles.
Hoy estoy satisfecha. He puesto punto final a la novela que empecé a mediados de enero de este año y cumplí con el tiempo estipulado: seis meses. Falta la corrección, pero eso corresponde a otra etapa.
Ahora dejo de escribir esta entrada. Tengo en mente una idea que no quiero que se me escape: mi próxima novela.