Flashback: Almacenamiento en la nube

Seguro que somos muchos los que nos sorprendimos la primera vez que descubrimos que podíamos almacenar nuestra información del PC de casa en un lugar accesible desde cualquier lugar. Al principio, desde el trabajo o la casa de algún amigo, y ahora desde un dispositivo móvil estemos donde estemos.  ¿Quién nos lo iba a decir hace unos años?

Pues uno de los primeros servicios que permitían almacenar nuestros archivos en la llamada “nube”, ese lugar accesible desde cualquier lugar donde tuviéramos conexión a Internet, fue Dropbox.  Y es que esta startup de Silicon Valley ha sabido hacer de una idea un hecho, algo que otros intentaron y se quedaron el camino de la aceptación popular. Además, contaba con una opción viral mediante la cual, si nuestros amigos se registraban a través de nuestro enlace, nos aumentaban la capacidad de almacenamiento.

Otros servicios similares, gratuitos o de pago (o con ambas versiones), se han ido subiendo al carro con mayor o menor acierto. En la actualidad Google Drive, el joven servicio del gigante de Sergei Brin y Larry Page, ha ocupado parte del pastel gracias en gran medida a los dispositivos Android que te semiobligan a tener una cuenta Gmail, la cual incluye 5 GB de almacenamiento gratuitos, con versión de pago. La comodidad de interacción es muy grande y recomendable, por lo que se ha hecho un hueco en la gran nube.

No quiero olvidarme de otros servicios como BOX, otra startup con gran acogida, y del todopoderoso Microsoft con su Skydrive, que al igual que Google, te incluye el almacenamiento con tu cuenta de Outlook (el antiguo Hotmail).

Podríamos decir que estos son servicios especializados en el gran público, si bien otros los aventajan en cuanto a sistemas de seguridad, recuperación, accesos, etc., indicados para corporaciones que desean tener una copia de seguridad en otra ubicación física y tener los datos accesibles. Y es aquí donde radica la pregunta que hace cuestionarnos la validez del almacenamiento en la nube: ¿quién vigila nuestros datos? ¿estarán a salvo? ¿quién me dice que nadie va a usar mis imágenes personales, mis datos almacenados, etc.? Y siempre pienso en un tal Kim Dotcom y su Megaupload…

Probablemente el tiempo sea el que nos dé o quite la razón, aunque siempre hemos de saber que hay ciertas cosas que están mejor sin compartir. Mi recomendación: actúa con cabeza, almacena lo que quieras compartir y utiliza un disco externo para copia de seguridad, y no un sistema de alojamiento en la nube. Y es que la tranquilidad de tener tus datos a salvo, ¡no tiene precio!