Sí, la penicilina. Evidentemente, doctor Alexander, pero no nos olvidemos del estornudo que te permitió descubrir, antes de tu hallazgo principal, la lisozima, que no es poco, ahí el fluido nasal que cae de tu nariz y aterriza en la placa de Petri donde crece un cultivo bacteriano y, como observarás días más tarde, lo destruye.
-¿Qué es una placa de Petri, señor José?
-Averígualo tú mismo, en Internet lo tienes, mi querido estudiante de Bellas Artes.
-¡Graduado!
-Lo creeré, Teófilo Marqués, cuando me enseñes el título, no antes. Venga, a trabajar. ¿Qué nos ha llegado hoy de la Editorial Fleming?
-Tres libros.
-Bien. No veo a Rogelio. ¿Puedo saber dónde está?
-Ciego perdido.
-¿De qué exquisito licor se ha tratado esta vez?
-Coñac Napoleón. Como usted, por falta de pago monetario o en especie, ha prescindido del anís de la...
-¡No sigas, nada de publicidad gratuita! A ver, yo te ayudo, qué remedio. ¿Título del primer libro de la presente cosecha?
- El reformatorio. De David González.
-¿De qué va?
-De terror sobrenatural juvenil.
-Bien, escrito queda. Siguiente.
- La economía del futuro. De Francisco J. Martín.
-¿Y?
-Versa sobre cambios que nacen en la actual economía y nos llevarán a nuevos desafíos.
-¿Y el tercero?
- Relatos sincopados. De José Sala.
-Continúa.
-Se trata de una selección de textos en prosa ambientados en universos imaginados de habla y costumbres hispanas.
-Muy bien, muchacho, muy bien. Tienes futuro. Por un casual, ¿ha dejado el ciego un sorbo de licor?
-Ni una gota, señor José. Y más botellas de coñac francés no tenemos. Hay agua mineral en la despensa.
-Y agua del depósito municipal en el grifo, no te jode.