El doctor Alexander y la lisozima y la penicilina, gracias en nombre de la humanidad, Fleming salvador, de ti me despido hoy tras reproducir un pasaje de , el que alude no a tus logros científicos como médico especialista en microbiología, sino a tu versión artística:
Fleming fue miembro del Chelsea Arts Club, un club privado para artistas fundado en 1891 por sugerencia del pintor James McNeil Whistler. Se cuenta como anécdota que Fleming fue admitido en el club después de realizar "pinturas con gérmenes", pinturas que consistían en pincelar el lienzo con bacterias pigmentadas, las cuales eran invisibles mientras pintaba pero surgían con intensos colores una vez crecidas después de incubar el lienzo.-Un libro nuevo de la Editorial Fleming, señor José.
-¿Solo uno?
-Uno solo, sí, pero para mí tengo, como diría usted, que es el mejor de los libros que jamás se haya escrito.
-Caramba, muchacho, has despertado mi interés, ya lo creo que sí. Ahora bien, te despido ipso facto como exageres más allá de lo habitual. Trae para acá, déjame ver... Pero... ¿Un libro con la cubierta en blanco y con todas las páginas en blanco también?... Muy trillado el asunto, no sonrías tanto, graduado en Bellas Artes, pero no, no te despediré, seguirás siendo mi secretario segundo, principalmente porque mi secretario primero no apea la borrachera desde que bebe y bebe coñac Napoleón.
De pronto unas palabras entorpecidas por el etanol: ¿Para cuándo las elecciones a jefe de este blog, jefe?
-Lo sabes, ciego. Hasta que no reúna a los otros seiscientos sesenta y seis personajes para que también ellos puedan votar...
-¿Puedo saber cuántos y cuántas han respondido a tu llamada, vidente?
-Ninguno y ninguna de momento, pero ya lo harán.
-Espera por ellos y ellas, creador.
-Duerme la mona y calla, Rogelio. Cómo ibas a gobernar esta nave sin ver, ¿quieres decírmelo?
-Manejaría el timón a tientas, como escribes tú.