Revista Fotografía

Fotografía: El instante decisivo

Publicado el 01 septiembre 2010 por Rubenmg

A menudo hemos oido hablar del instante fotográfico. Es algo que históricamente ha tenido una importancia sublime en la fotografía, incluso entre fotógrafos en los que el grueso de su trabajo no es la calle o la fotografía de situación.

Henri Cartier-Bresson hablaba del 'momento decisivo' y el 'dibujo instantaneo'. Hemos visto decenas de fotografías suyas en las que el comentario redundante siempre ha sido algo asi: 'Cómo ha captado el instante'. A ojos de la mayoría este saber estar y saber cuando disparar es su máxima virtud, pese a que tenga otras igual o más importantes que a menudo pasan desapercibidas, o que al menos no se les da tanta importancia.
El otro día estaba buscando en unas cajas unas fotografías para enseñarselas a unos amigos que estaban en mi laboratorio. Ni siquiera recuerdo qué buscaba, pero no he podido olvidar lo que encontré. Y es que era algo ya olvidado, algo que en su día me machacó literalmente, porque siempre había vivido esto como algo que se consigue o no se consigue.  Para mi era difícil imaginarme de otra manera esta fotografía de HCB. Pero lo podía haber sido, y de ser así, seguramente nunca la hubieramos conocido. Podía llegar a imaginarme al hombre en el agua. La tensión habría desaparecido aunque habría ganado un punto cómico. Pero no me podía imaginar un disparo en un punto en el que la foto careciese totalmente de interés y donde no sólo la tensión y la fuerza, sino la composición se fueran al carajo.
EL INSTANTE (NO) DECISIVO

Volviendo a esa fotografía que encontré que tanto me hizo devanarme los sesos, fue ahí cuando empecé a ser cosciente de que el instante preciso no es ni una décima antes ni una décima después, si bien hay fotografías que llevan mejor ese posible desfase entre situación y disparo. Por ejemplo, si un niño se está riendo, puede que no hayas captado el momento culminante de esa risa pero probablemente guardaras una bonita e interesante fotografia. Pero hay otros instantes que requieren una precisión atómica y en muchas ocasiones una ración extra de suerte.
Esta es la fotografía de la que hablaba:
EL INSTANTE (NO) DECISIVO

La situación no era fácil, no nos vamos a engañar, aunque no quiero poner esto como excusa, (si es que no la he puesto ya ;-p), porque todo dependía de apretar unas décimas más tarde el disparador. Poniendonos en situación, el barco estaba fondeado, aunque había un suave oleaje que hacía que se moviese unos metros arriba y abajo sobre todo cuando la ola entraba por la proa. Yo estaba subido en una pequeña zodiac, (que también subía y bajaba con las olas) intentando que la Rolleiflex no acabase en el mar porque quería un contrapicado muy pronunciado y tenía la cámara casi al borde del agua, (una ventaja de los visores de cintura). Disparé la foto sin saber ni lo que había sucedido ante mis ojos, porque los niños estaban jugando e imaginaba que a uno lo había pillado en el aire pero no sabía mucho más. Fue todo muy rápido. Al revelar unos días después ese rollo descubro en la mesa de luz una escena que en principio me parecía impresionante y decido positivarla la primera. Y fue ahí, viendo la copia, cuando descubrí el desfase entre mi dedo y el instante. Sin ser un experto calculador de trayectorias más o menos intuyo lo que sucedió en el instante después a apretar 'el gatillo':
EL INSTANTE (NO) DECISIVO

El niño del número 1 habría quedado bastante más a la derecha y algo más abajo y con gran parte de su cuerpo contra el cielo. La niña del 2 estaba dándose el impulso y está prácticamente en el aire por lo que al igual que el 1 habría quedado contra el cielo cerrando esa parte de la composición. Como vemos en la flecha del número 3 una ola está entrando por proa lo que estaba haciendo elevarse el barco en ese preciso momento. Por eso en un breve espacio de tiempo, la niña del número 4 estaría más arriba, dejando más aire en la parte baja de la composición. Al entrar ladeada la ola el barco escoraba ligeramente a la derecha con lo que también habría ayudado a separar los mástiles del niño 1 y se habría formado una diagonal más marcada. Y finalmente el niño del número 5 estaba prácticamente colgado de la cuerda balanceándose de lado a lado con lo que intuyo que habría quedado contra el casco dando una nota de grises claros y rompiendo esa mancha oscura.
Durante días dudé, me intentaba convencer a mi mismo. Pero tanto el demonio de mi hombro como el angelito me decían que guardase la copia en una caja y me olvidase de ella para siempre. Y eso hice, pero mira tú por donde que el otro día apareció y volvió a despertar aquel arrepentimiento por no haber sabido esperar unas décimas de segundo. He vuelto a reflexionar ya desde la tranquilidad sobre el tema, he meditado mucho, muchísimo sobre 'el dibujo instantáneo' de HCB. Estoy mirando la vida de otra manera, aún sabiendo que mis dos próximos trabajos nada tienen que ver con el 'instante', pero he llegado a la conclusión de que es el instante lo más importante aún en la más absoluta inmovilidad, y no sólo del objetivo para fuera, sino también, (y más importante aún), del objetivo para dentro.
Hasta pronto,
Ruben Morales


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