Mi frente fue ocupada por páginas vacías, y con su maduración creció el polvo y la esperanza de ver entre el polvo una palabra…
Los significados más profundos se ocultan en los abismos de la superficie.
Hicieron dioses a aquellos que afirmaron su más humilde humanidad.
Crecemos falsamente en el lenguaje y la cima del lenguaje es apenas el principio del camino hacia el ser.
Las cosas gritan presas del silencio.
¿No les falta soñar a los filósofos? ¿Y no es preciso que despierten de su sueño los poetas?
En filosofía, las cartas que no casan son raíces de provincias fértiles.
Todos los caminos de la sensibilidad tienen contactos en su extremo con las torres de vigía de la metafísica.
El hombre vive sin salir de las palabras el reflejo de una vida que está más allá de las palabras.
Mi maestro fue el polvo y el retornar del devenir sobre mi anhelo y vanidad…
Si el sentimiento de una guía en las cosas es puesto por nosotros, ¿a dónde nos llevarán en realidad los derroteros de las cosas?
¡Convalece en tranquilidad!