Revista Literatura

Franck Scipion, se puede confiar.

Publicado el 23 noviembre 2013 por Migueldeluis

Submarino casero monoplaza

Llevo desde que empecé con esto de Internet, mucho antes de que tuviera un blog, escuchando no sé que pamplinas sobre cómo ganar dinero, fácil o no, a través de la Red. Hace años incluso probé con la publicidad primero y el marketing de afiliación después. El hecho de que Sabia Vida carezca de ambas cosas, es prueba de que no gané mucho dinero de ninguna de esas dos maneras. Quizás a ti te haya pasado tres cuartos de lo mismo, o que ni siquiera lo hayas probado todavía sabiendo que el noventa por ciento de los blogs no lograrán ganar dinero. O incluso no perderlo.

Por eso, por mi parte al menos, siempre he visto con algo de recelo a todos aquellos que se ofrecen a enseñarte el camino. Ya es difícil que la gente te visite gratis, si encima sospechan que al final, de una manera u otra, los vas a manipular para que pasen por caja, pues aviados vamos. Por mi parte lo de manipular se me da mas bien de penita. Se me nota mucho cuando dudo de algo, así que de mentir ni hablamos, me pasa lo que a Sheldon Cooper. Pero al mismo tiempo sueño con vivir a través de esto de la comunicación.

Ya, como miles de periodistas en paro

No puedo aprender en el taller de mi padre

Lo reconozco, lo reconozco, es difícil, pero si fuera fácil no sería un sueño, sería más bien si Juan se poner a trabajar en el taller de Don José, su padre. Don José ya lo tiene puesto en marcha, tiene gente que le conoce, clientes, trucos del oficio, contactos y todo un universo de capacidades que va más allá de arreglar coches. Juan se pone a trabajar y lo va pillando todo sin darse mucha cuenta o porque Don Pepe se lo mete en la cabeza. Mientras el mercado no cambie mucho a Juan le basta y sobra para vivir con mantener lo de su padre. Pero en esto de los blogs nadie tiene un padre con un blog de éxito, o casi nadie.

Tienes que aprender, como el padre del taller, a saber producir y vender a la vez, combinando todos los trucos del oficio. En el caso de un blog la lista puede ser larga: los rudimentos, al menos, de html, css y php, saber escribir, interpretar las estadísticas, eñelegir nombre de dominio, un logotipo, algo de diseño gráfico, conocer el segmento, decidir qué decir, a quién y cómo, establecer una presencia, eficaz, en las redes sociales, desarrollar una marca personal. ¿Mucho? Pues con eso solo descargo lo primero que me viene a la cabeza.

Por eso es un alivio toparme con gente como Franck Scipion, un tipo que escribe a tropezones, con párrafos cortos, casi de boxeador. Pero que tiene dos o tres virtudes: primera toma su blog como un trabajo, segunda sabe de lo que está hablando y tercera dice la verdad. Sabia Vida no tendría una lista de correo de no ser por Franck y, quizás, ni siquiera seguiría en activo. O seguiría escribiendo, pero solo las cosas que le interesan a mi ombligo. Así que si en algo te gusta Sabia Vida le debes una a Franck.

Lo bueno de Franck es que te cuenta lo malo. No es como el Pravda -la broma era que Pravda (verdad en ruso) contaba la verdad, pero solo la verdad “buena”- sino que expone también sus tropiezos. Y eso es muy útil.

Franck no es mi padre

No pero es como el tipo, no digo el amigo, sino el tipo simpático que tiene un taller y no le importa contarte las bases del oficio. Con lo que aprendes así te basta para mantener tu coche a punto. En cuanto a los trucos pues eso cuesta, tu quieres ganar dinero y el también, así que no debería sorprender mucho, supongo.

Bueno, pues Franck es eso mismo, pero en vez de coches tiene un taller de blogs. Que lo quieras seguir o no, es cosa tuya. A mí quizás me encuentres husmeando por su casa.

El sorprendente submarino monoplaza es CC -by James Vaughan

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