PONTE EN MI LUGAR!!!Me acaban de operar por segunda vez del mismo pie, me acabo de romper una uña, acabo de dejar que se marchase al que tal vez fuese el hombre de mi vida por ser una bruta y cargarme todo tipo de relación sabiendo muy bien cómo, y sólo os pediría una cosa: "Poneos en mi lugar”.
Lo vamos a ilustrar con un ejemplo concreto bíblico; es como si os pidiera: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.Le estoy pidiendo a alguien que se acerque a mí, y que se tome todo el tiempo necesario para entender mi situación. Pero en verdad, a través de este mandato, también es mi propia seguridad lo que quiero asegurar : si alguien se pone en mi lugar hasta llegar a ser en cierta medida quien soy, no podrá ni hacerme daño, ni juzgarme y pasará de ser mi enemigo a ser un amigo solidario. Más que prójimos, seremos aliados.El drama es que, precisamente, jamás podremos ponernos en lugar de nadie. Mi dolor, no podrás sufrirlo como yo lo sufro, como yo el tuyo tampoco podría pretender hacerlo. Las personas no son intercambiables. Y lo peor, ponernos en su lugar, sería algo así como aniquilarlas, negarles su diferencia y la mía también. Lo que no puedo es ser rey en lugar del rey, sería como cometer un delito de lesa majestad, hacerse pasar por lo que uno no es. Querer parecernos al tiarrón buenorro del 7º por el cuerpazo que se gasta, sería como desear su muerte para ocupar su lugar. Y sin embargo de eso se trata en cuestión de moral y de caridad también. Ponerse en lugar de otro para convertirnos en otro yo, un prójimo, un semejante. No sólo debemos identificarnos con él, y experimentar simpatía, empatía, y compasión, debemos ver en ese otro yo el reflejo de nuestro propio yo, y lograr meternos en su piel.Pero por todos los esfuerzos del mundo que hagamos, es imposible ser quien no soy, es decir ocupar el lugar de otro. Lo único que me queda para guiar mis actos, es no dejar que ese otro prójimo haga conmigo lo que él no quisiera que le hiciese, ya que es el único medio de ponerme en su lugar y seguir manteniendo el mío.
Ni siquiera nuestro mejor amigo, el más sincero, fiel y leal, incluso nuestra propia madre que tan bien pretende conocernos porque nos ha parido, podría ponerse en mi/nuestro lugar.Estoy condenada a permanecer como soy, condenada a ser quien soy.
Lo que no quiere decir que no pueda cambiar gracias a esas mismas circunstancias que me hacen ser quien soy.