Nos sentamos frente al mar,compartimos el té de la tarde,compartimos el sonido y la brisa.Reíamos y recordábamos momentos del pasado.Sentimos caer los rayos del soliluminando nuestros cuerposal compás que acariciaba tu manoy sentía la desolación de las mias.Tú calor me hacía olvidarla frialdad del pasado.
Mirarte, observarte… Te confundía con el mar, tu serena miradame estremecía y me hacía olvidarque era una mujer sin lágrimasatrapando olas de ánimos,queriendo conquistar suavementelas pupilas mojadas de amor,acariciada entre la magia de la tarde.
M. Sánchez (Junio, 2012)