La técnico de radiología, mientras me acomodaba en la camilla, se fijó en el «Tuesday» de la cintura de mi ropa interior y sonrió con picardía.
Cuando terminó la prueba me dijo: «Todo bien».
Y añadió sonriendo: «A excepción del día de tu bóxer».
Rozó el borde interior de su pantalón con un dedo y dijo: «Yo siempre lo llevo bien».
Cuando volvimos a encontrarnos pudimos comprobar que el día era ya el correcto.
