CAPÍTULO SIETE:
Lo prometido es deuda, de Padawan a Maestro
Lo prometido es deuda. Os voy a contar un secreto: conozco la forma de ser el puto amo del universo… Y estoy dispuesto a compartirlo con vosotros. Tranquilidad, no os voy a pedir dinero, aunque no estaría de más que echáseis un dinerito en la caja de los desvalidos de Egofriki. Es la azul, la que guardan en el cajón de la cocina, donde están las dos cucharas de plata de la primera comunión.
Noto el temblor de vuestras manos. Siento cómo deslizáis a la velocidad del rayo vuestra vista buscando las pistas, las claves para poseer a la rubia de ojos grandes esta misma noche. Y pienso que no, que no estaría bien que poseyeras ese poder…ni a esa rubia, ya puestos. Deja un poco para los demás.
Ser maestro conlleva la responsabilidad que un Padawan puede olvidar momentáneamente. No puedo permitir que te pases al Lado Oscuro, que perviertas todos tus esfuerzos por un par de ojos, por muy grandes y enigmáticos que estos sean… Sin embargo, una promesa es una promesa y me fuerza y obliga la Ley de los Incomprendidos Sociales, esa misma ley que compartimos los que visitamos este lugar que sus creadores se empeñan en llamar blog. Toma asiento. Contén el aliento. Aquí comienza una explicación de lo inexplicable. Si te creíste que una paloma fecundó una mujer, nada de lo que yo escriba te puede a sorprender.
…ten minutes later…
Está bien. Ya estoy en blanco. No se me ocurre cómo engañaros. Miro Shadows of Empires y me muero de tristeza ¡por qué yo no puedo ser así de malo!. No os puedo engañar. Cambio de acera o miro mis zapatos cuando se acerca alguien con pintas de matón de cuatro cuartos. Y si no me da tiempo o es demasiado evidente, apenas me rebasa me digo “le podría haber matado” y hasta llegar a mi destino me imagino dándole tantas hostias como un cura a un monaguillo peleón. Me imagino como el Motorista Fantasma (pero sin la cara de Nicolas Cage, que con ese apellido normal que la cague en cada fotograma, por favor…): soy el vengador venido a poner las cosas en su sitio. O soy Tony Stark lanzando rayos a diestro y siniestro, volatilizando a tanto gilipollas que camina sin correa… y al final del todo, justo cuando clavo la llave en la cerradura de casa, me repito el mantra de “es que sobra taaaannntttaaa gente….”.
Y cruzo bajo el marco y entro en la casa de mis padres. Tapono mis oídos y no escucho los sermones de mi madre y entro en el sancta sanctorum que es el cuarto de todo friki y me doy cuenta de que yo… es decir, el mierdecillas que me refleja el espejo estampado de imágenes icónicas, es realmente el puto amo del universo. Un Jon Nieve más allá del muro que todos los días se enfrenta a esos sujetos que no le comprenden y sólo cuando está rodeado de informáticos, de multipajeros que se pierden ante la imagen de una diosa azul del WoW o de incomprendidos antisociales antihigiénicos, sabe que para ser un verdadero Maestro Jedi sólo hay que hacer una cosa: camuflarse en ambos mundos.
Ese es el único y verdadero secreto. Camuflaros amigos. Pasad de puntillas por el mundo y gobernarlo desde las sombras, como estáis haciendo hasta ahora…( y moriros pronto para que los jóvenes podamos ocupar vuestros puestos… algo debéis aprender de “La fuga de Logan”)
Como estoy en dique seco… ¿ de qué podemos hablar en el siguiente capítulo? ¡Dadme sugerencias! ¡ Comentádselo a los colegas, coño, que es gratis! Venga, rellena lo de comentarios de abajo, que necesito ayuda
Nos vemos la semana que viene.