Las fronteras físicas van desapareciendo poco a poco. Ya se puede circular libremente por los estados de la Unión Europea. Y paradójicamente, conforme se van eliminado las fronteras físicas, disfrutamos de menos libertad.
La fronteras físicas se han eliminado, y los estados se han diluido entre multinacionales que los gobiernan. Las empresas ya tienen su propia bandera, de hecho ahora ya no son empresas: son compañías; lo cuál me hace recordar el dicho de "mejor solo que mal acompañado".
Las empresas, perdón, las grandes compañías son los nuevos estados. Todavía no eres consciente de ello, pero dentro de un tiempo no dirás soy de Valencia o soy de Italia, terminarás diciendo soy de Repsol, o soy de Telefónica. Incluso las grandes corporaciones tienen la osadía de defender su propia cultura, para diferenciarse de las culturas de la competencia. A mi me suena a clanes tribales luchando unos contra otro y buscando elementos que al mismo tiempo aglutinen a sus miembros y los diferencien de la competencia, estableciendo unas nuevas fronteras invisibles, pero que están separándote de otras personas que un día fueron amigos, compañeros o familia.
Las grandes corporaciones no sólo te imponen tu indumentaria, tu aspecto, tu lenguaje, tu tono de voz, cómo dirigirte a la gente, cómo pensar, cómo actuar en favor de la empresa, la información confidencial que puedes compartir con otra gente o con tu familia, el idioma en el que debes trabajar, el estado civil que mantienes con tu pareja, cuándo tener hijos o dónde hacer la compra. Te van imponiendo lo anterior y cada vez te impondrán más. En Suiza, por ejemplo, hay una empresa que dice directamente las bragas que deben usar las mujeres.
¿Hasta qué punto terminaremos siendo propiedad de la compañía de turno en la que hayas tenido la suerte/desgracia de caer?
He tenido compañeros que se comportaban como si llevaran el logotipo de la empresa tatuado en las nalgas. De hecho creo que alguno lo llevaba. Y no sé la cara que se les habrá quedado cuando la empresa les ha agradecido un par de décadas de esfuerzo con una segregación, un ERE, o una venta de actividad (todo ello lo he vivido personalmente en los últimos tres años) y se hayan visto en el paro, en otra empresa que también les dictará en su manual de estilo y cómo tienen que defecar o quienes pueden ser sus amigos.
Esto me lleva a pensar en el único espacio libre, aunque sea virtual: Internet; el único lugar en el que todavía se puede luchar libremente contra el movimiento de globalización de las grandes compañías, y también paradójicamente, la única entidad global del planeta.
Hasta hace poco Internet era un terreno virgen e inexpolrado para las empresas. Un lugar en el que solo estaban cuatro iluminados que veían en la red de redes el último reducto de libertad, de libre circulación de información e ideas, apartados de los cauces regulados por el dinero.
Pero las compañías se han dado cuenta de que los piojos nos estábamos escapando por las costuras y que en lugar de usar Internet para enriquecerles, lo podemos usar para limitar su poder. Por ello quieren cercenar el libre uso de Internet. Quieren pintar las mismas fronteras que tienen hechas en el mundo de las finanzas, y que los usuarios de la red pasemos de ser elementos activos, que hacen lo que les viene en gana, a meros elementos consumistas de sus productos. La neutralidad en Internet está tocada y ,si no lo impedimos, dentro de un tiempo estará hundida. Disfrutemos mientras podamos, esto se acaba. Porque de seguir así, con la misma normalidad que ahora compramos cafés concretos para tu tipo de cafetera (aunque no la anuncie mi primo Clooney), seremos usuarios de la red de la compañía X, o directamente de la de la Corporación Umbrella
Para que esto no suceda debemos luchar, debemos impedir que Internet pierda la neutralidad. La gente ya se está rebelando, ahora se atacan sitios web y servidores, para protestar sobre la falta de circulación de la información (wikileaks) y los ataques a los sitios de Internet que favorecen este movimiento de libre circulación de información. Como las empresas que gobiernan los estados no cederán lo siguiente serán sabotajes físicos hacia las redes.
Si lo permitimos las compañías establecerán las fronteras 2.0 y viviremos una oscura edad media, en la que cada empresa tendrá su feudo y los políticos serán los abades que custodiarán la virtud del sistema.
keagustitomekedao