(Eld)
de Mats Strandberg y Sara B. Elfgren
Traducción de Carmen Montes Cano y Violeta Ruiz Arcas
Trilogía Engelsfors
El círculo
Fuego
Nyckeln (La llave) (¿2014?)
Termina el verano y las Elegidas deben regresar al instituto y afrontar nuevos desafíos. Las tensiones entre ellas crecen: todas albergan secretos y, además, Adriana, la directora, las insta a entrenar sus poderes para poder enfrentarse al mal. Cuando unos extraños cortes de electricidad empiezan a afectar a la pequeña ciudad de Engelsfors, las Elegidas temen la llegada del Apocalipsis.
Ya lo sospechaba con El círculo, pero Fuego me lo ha confirmado: la trilogía Engelsfors es de lo mejorcito que hay en literatura juvenil actual. ¿No sabéis qué pedir por Navidad? Entonces haceos un favor y apuntad YA El círculo y Fuego en la lista. Creo que no os arrepentiréis, y os lo dice alguien que no es muy dado a hacer recomendaciones a la ligera.
Aviso: como posiblemente muchos no habréis leído el primero (¡leedlo ya!), esta será una reseña sin spoilers.
Hace ya un año que me leí el primero, y la verdad es que al principio me costó un poco meterme en la historia. Me costaba un poquito recordar quién era quién dentro del grupo de las Elegidas, pero lo cierto es que los autores han hecho un trabajo de caracterización tan brillante con ellas que en unos pocos capítulos ya lo volvía a tener todo perfectamente claro en mi cabeza, aunque no recordaba exactamente todo lo que había sucedido en El círculo.
Y es que ya lo dije en mi reseña del anterior libro: los personajes son tan reales que verdaderamente te parece que estés leyendo sobre personas de carne y hueso. Todas las Elegidas son diferentes, cada una tiene sus propias personalidades, sus virtudes y sus muchos defectos, pero si en algo coinciden es en que los autores consiguen que te creas que no son simples personajes: son tus amigas (por así decirlo). Es como si tú mismo formaras parte del grupo. Y eso, en una novela con tantos personajes que comparten importancia, no es algo sencillo.
Ya que hablo de los autores, mencionaré el estilo. No voy a decir que es una maravilla porque no lo es, pero eso no significa que sea malo. Todo lo contrario. Sin abusar de florituras ni caer en la simpleza, Mats Strandberg y Sara B. Elfgren consiguen un estilo cuidado, directo y, sobre todo, efectivo. A esto se le añade que el ritmo es mejor que el de la primera parte, que podía resultar algo pesada al principio, cuando aún no conoces a los personajes y la historia todavía no ha arrancado.
También hay que decir que en ocasiones la novela se sale un poco de los cánones habituales de la novela juvenil (quizás porque es europea y no estadounidense), por lo que aparecen elementos como el sexo, el acoso escolar (más extremo que en el primer libro), los tacos o la homosexualidad... y también la muerte de una forma que no te esperas. Por si fuera poco, no se nota en absoluto que la novela está escrita a cuatro manos, y eso hace que te metas en la historia aún más.
Ya decía en mi reseña de El círculo que la novela coqueteaba con el terror en más de una ocasión. No es terror tipo Stephen King, pero sí que acabas con los pelos de punta más de una vez. Con Fuego sucede lo mismo, si bien la forma es distinta. El terror de El círculo era más misterioso, más psicológico, más difícil de combatir. Aquí, en cambio, en general es algo más tangible, más real, más humano. Sin embargo, en ocasiones los verdaderos monstruos de las historias de terror son las propias personas, y eso es algo que los autores demuestran con creces en esta novela. Eso sí: esta trilogía no es para los miedosos.
La historia, además, te lleva por donde no te lo esperas. En líneas generales sigue las pautas marcadas por el final de El círculo, pero los autores se permiten desviarse en alguna ocasión y, por qué no, sorprender al lector con una serie de giros inesperados que dejan con la boca abierta. Y cuando hablo de giros inesperados hablo de soltar un grito de incredulidad a las tres de la mañana y continuar leyendo hasta las cuatro porque NO PUEDES PARAR DE LEER. Así de bueno es el libro.
En definitiva, con Fuego la trilogía Engelsfors afianza su lugar como una de las mejores que hemos tenido la suerte de ver publicadas en nuestro país. Normalmente digo algún aspecto negativo sobre los libros que reseño aunque les ponga buena nota, pero aquí no se me ocurre. Es una lástima que esté pasando tan desapercibida por estos lares, porque esto sí que es literatura juvenil (y no tan juvenil) de calidad. No sé si os habré convencido ya para que leáis estos libros, así que lo intentaré una vez más: ¡compradlos! Yo, mientras tanto, iré contando los días hasta que Maeva publique el tercer y último capítulo.