Detrás de mis máscaras, hay un aprendiz de escritor, frágil y a veces muy descarrilado. Este Diario extimo es el escenario de buena parte de esas dudas y vacilaciones.
La escritura no tiene una hora ni un canal privilegiado para mí. Es algo que irrumpe en lo infra-ordinario y teje nudos en mi garganta hasta que tengo que lanzarme al vacío de las páginas amarillentas...
La escritura, digo, no es un espacio para mí. Es un "estado de animo" y es un tempo que ha tomado otro rumbo y otros destinos desde que una Presencia sonora y decisiva ha llegado a mi inestable vida: es mi compañera-musa-amante-amiga-cantora, Susana Borda y su Juana Zoronga!
Puede que un escritor sea en buena medida sus "Fantasmas", pero en mi caso, es ante todo un Devenir y esa palabra, ese fluir, ese eco de eternidades instántaneas tiene un único nombre. Uno que ya he evocado y que solo con los versos de Cernuda puedo nombrar de nuevo...
"¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?"