Fueron bellas palabras y palabras
intentando robarme una sonrisa,
más sonaron a falso y a prestado
en la noche silente y su neblina.
Me volví para casa entristecido
sin saber la verdad y la mentira,
de unos labios vibrantes que dejaron
en mi oído la dulce melodía.
Y aquí estoy, solitario en esta hora,
con mi fiel compañera la cuartilla,
a quien digo y confieso todo aquello
mientras siento el latido de la vida.
A lo lejos resuenan las rompientes
de las olas que llegan a la orilla,
y aquí cerca se escapan los suspiros
persiguiendo ilusiones y utopías.
Reconozco que estuve entre tus manos
hechizado por grandes maravillas,
porque tú te serviste de palabras
y esa voz tan hermosa y cantarina.
Y así fui un juguete que tuviste,
un blasón simplemente en tu repisa,
a pesar de mi entrega sin palabras
y de estar a tu lado día a día.
Pero nada es eterno, y tú lo sabes,
y por eso te fuiste muy deprisa,
caminando a los brazos más fogosos
de otro amor de oropel y fantasía.
Yo no sé si, cansada de tus juegos,
ahora vuelves y ofreces mil caricias,
con palabras un tanto envenenadas
a través del recuerdo y de la brisa.
"...Fueron bellas palabras y palabras
que sembraron la duda en mis pupilas,
y al final me confieso enamorado
aunque sé que te irás sin despedida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/01/14